El chupinazo de los Sanfermines ha abierto este mediodía 204 horas ininterrumpidas de fiesta en Pamplona marcadas por los hechos de La Manada.
Miles de pamploneses y visitantes disfrutarán a parir de hoy de la jornada festiva hasta el próximo 14 de julio. Los encargados del chupinazo de este año han sido Leire Zabalza e Ibai Ganuza, miembros de Motxila 21, grupo musical de la Asociación Síndrome de Down de Navarra, elegida por esta responsabilidad en votación popular.
El chupinazo de este año está de duelo
Instantes antes de las 12 horas, Leire Zabalza e Ibai Ganuza han salido a la balconada de la casa consistorial y han pronunciado las tradicionales palabras: "Pamploneses, pamplonesas, iruindarrak. ¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!".
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— Sanfermin.com (@sanferminlive) 6 de julio de 2018
La plaza, llena hasta los topes por miles de personas, ha respondido también con el tradicional "¡Viva!" y "¡Gora!" con los pañuelos rojos levantados. A continuación Leire Zabalza e Ibai Ganuza han encendido la mecha del chupinazo, que ha estallado sobre el cielo pamplonés y ha dado paso a la fiesta entre las miles de personas que se han citado en el centro de la capital navarra para disfrutar de los Sanfermines.
Este año algunos colectivos hicieron un llamamiento para protestar contra las agresiones sexuales. Bajo la etiqueta #NoNosTorean, Alerta Feminista hizo un llamamiento a las mujeres a vestir de negro "en repulsa de La Manada, las mandadas y el sistema, que es la mayor de ellas". Esta propuesta, sin embargo, no parece haber tenido un seguimiento muy amplio.
En el interior de la casa consistorial han seguido el inicio de las fiestas el alcalde, Joseba Asiron, y los miembros de la corporación municipal, además de numerosos invitados, entre ellos la presidenta del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos; la presidenta del Parlamento de Navarra, Ainhoa Aznárez; el delegado del Gobierno en Navarra, José Luis Arasti; la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejeria, y alcaldes de localidades navarras. También han asistido familiares de los condenados por la agresión a dos guardias civiles y sus parejas en Altsasu.
En la balconada de la casa consistorial, al lado de las banderas oficiales, el Ayuntamiento ha colocado un palo vacío, en lugar de la ikurriña, después de una sentencia que condenó el consistorio por la colocación de la bandera de la comunidad autónoma vasca en los Sanfermines del 2017.
El palo vacío representa, según el alcalde, "esas identidades que todavía hoy no pueden verse reconocidas en el Ayuntamiento".