Mil firmas, y en constante aumento. El clamor de dos docentes catalanes publicado en la plataforma change.org está en pleno proceso de viralización estos días, y no deja de crecer en apoyos. Bajo el nombre 'Manifiesto para la mejora de la enseñanza secundaria de Catalunya', la proclama pretende precisamente eso: dar una respuesta urgente para revertir la preocupante situación que atraviesa la educación en el país. "Conscientes de la persistente bajada de los conocimientos y capacidades adquiridos por los alumnos de educación secundaria (certificada por los resultados de las pruebas PISA de 2023), y con la voluntad de remediar esta situación, hemos querido plasmar en este manifiesto una serie de concepciones pedagógicas y malas prácticas más o menos ancladas en la mayoría de centros educativos de enseñanza secundario de nuestro país que creemos que están perjudicando la calidad de esta enseñanza desde hace tiempo", dice el clamor, redactado por los profesores de instituto Lídia Ribas y Florenci Vallès, en su introducción. Y lo hacen presentando 50 propuestas concretas destinadas a mejorarla.

 

Las evidencias del declive

El texto arranca con críticas a la situación educativa actual. Así, alerta que "buena parte de los adolescentes que obtienen al graduado de ESO tiene grandes dificultades en la comprensión lectora y la expresión escrita, tiene muy poca cultura científica y del ámbito de las humanidades, tiene poco conocimiento de las lenguas extranjeras, muestra carencias evidentes a la hora de hacer razonamientos matemáticos o científicos de una cierta complejidad, tiene un vocabulario que cada vez es más simple y abarca menos ámbitos y tiene un nivel de lengua catalana notablemente bajo". "La formación académica de estos adolescentes ha ido empeorando a lo largo de las tres últimas décadas, un tiempo durante el cual se ha potenciado mucho la innovación pedagógica, una innovación que, en general, ha menospreciado la cultura del esfuerzo", añade el manifiesto. Y al deterioro también contribuyen otros elementos, como "la excesiva tolerancia con las faltas de disciplina y de respeto por parte del alumnado, que cada vez son más frecuentes".

Las críticas se centran especialmente en esta innovación pedagógica, que recientemente se ha impulsado en las aulas. Unos cambios que han implicado, entre otras cosas, presuponer que si los alumnos no aprenden "es porque el profesorado no lo ha motivado lo suficiente o no enseña lo bastante bien", "considerar que la felicidad de los alumnos es más importante que su aprendizaje", "menospreciar la importancia de la memorización" y argumentar que el fracaso escolar se puede solucionar "haciendo que conseguir títulos esté al alcance de todo el mundo" (lo que llaman vulgarmente "regalar aprobados"). Por el contrario, los docentes subrayan el daño que ha hecho "menospreciar los métodos pedagógicos tradicionales".

Las 50 propuestas: mejorar el nivel y frenar faltas de disciplina

Acompañan estas quejas un total de 50 propuestas para la Conselleria d'Educació. Entre ellas, está la necesidad de potenciar el esfuerzo de los alumnos, evitar que la lucha contra el fracaso escolar suponga "dar aprobados y títulos a quienes no los merecen, restablecer los exámenes de recuperación en junio y en septiembre, fijar más evaluaciones externas para conocer el nivel de los alumnos, "no rebajar los contenidos o el grado de exigencia que corresponden a cada materia para no devaluar los títulos", no "demonizar" la repetición de curso, poner en marcha unas pruebas específicas para obtener el nivel C1 de catalán y no entregar este título con el nivel de 4.º de ESO, "potenciar y no escatimar las aulas de acogida", y establecer un marco disciplinario general para dignificar la profesión docente y frenar las faltas de disciplina.