La quinta noche de disturbios en la ciudad de Barcelona por la detención y encarcelamiento de Pablo Hásel acabó con graves actos vandálicos por passeig de Gràcia y también en Gran de Gràcia, donde los Mossos d'Esquadra cargaron contra un grupo de personas a la altura de Fontana. La actuación de la Brigada Móvil, los antidisturbios de la policía catalana, ha generado graves críticas entre numerosos grupos sociales y políticos.
Después de seguir a los manifestantes dirección montaña por Gran de Gràcia, deshaciendo barricadas y también moviendo los alborotadores disparando tiros de foam, los agentes de los Mossos rodearon a los manifestantes antes de llegar a la plaza de Lesseps. Las furgonetas tenían contenido el grupo por debajo y varias furgonetas aparecieron por arriba, sentido mar. Fue en este momento que se vivieron los momentos de más tensión.
Los manifestantes, sin escapatoria
Con los alborotadores sin escapatoria, durante casi tres minutos los agentes de la BRIMO cargaron contra los manifestantes, que veían que no podían huir corriendo; al otro lado de la calle también había antidisturbios de los Mossos d'Esquadra. Poco a poco los manifestantes se fueron poniendo en una de las calles que entra hacia la Vila de Gràcia. Aunque después hubo alguna barricada de fuego y carreras en Lesseps, aquel momento marcó el final de la quinta jornada de protestas.
El conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha asegurado que durante la intervención no hubo personas heridas, un hecho que se contradice con las imágenes publicadas por varios medios, también ElNacional.cat, donde se ven personas golpeadas con la defensa policial y gente por el suelo.
¿Fue una maniobra correcta de la BRIMO?
¿Pero esta intervención, con los manifestantes sin escapatoria, fue correcta? Grupos sociales, políticos como el expresidente Torra y personas anónimas pusieron el grito en el cielo desde las redes sociales. Especialistas en orden público, consultados por este medio, tampoco ven clara la actuación.
La táctica del orden público, en casos como estos, ofrece dos posibilidades: o embolsar a los manifestantes o dispersarlos y hacerles correr. En la primera opción te aseguras de que los tienes controlados e, incluso si tienes más fuerza operativa, los puedes guiar hacia lugares más seguros e identificar, de dentro de la masa, los más violentos -se hizo con éxito durante los disturbios de Can Vies, embolsando unas 250 personas en Gran Vía durante una hora.
En la segunda opción, más habitual, mueves la masa hacia la dirección donde quieres para evitar destrozos o lanzamientos contra la policía. La combinación de las dos opciones es un cóctel muy peligroso y que no sólo se aleja del protocolo sino también de la lógica de orden público.
En la maniobra que hizo la BRIMO ayer en Gran de Gràcia, cargando contra un grupo de manifestantes que no tenía salida clara, es un error, aseguran varias fuentes próximas a la dirección del cuerpo de los Mossos d'Esquadra y también analistas en orden público con quien ha hablado durante esta mañana, después de analizar las imágenes, ElNacional.cat.
Especulaciones sobre el error de la BRIMO
¿Qué motivó este error? Se tendrá que aclarar e investigar. De momento, especulaciones. Es posible que la fatiga de tantos días de desórdenes públicos en la ciudad de Barcelona hicieran una mala pasada a los mandos de la BRIMO. Un error concreto de posicionamiento de las furgonetas o un error en la escala de comunicación entre los estrategas del orden público de los Mossos d'Esquadra y los mandos intermedios. El tiempo ayudará a saberlo. La BRIMO de los Mossos repasa, analiza y transcribe todas sus actuaciones para buscar margen de mejora. Los mandos de esta unidad de orden público ya están analizando qué falló este sábado por la noche.
El major Trapero siguió la maniobra a pocos metros
En el numeroso grupo de furgonetas que subió en sentido montaña detrás de los manifestantes había la furgoneta Dragó 0, que es la que transporta los máximos mandos operativos de la BRIMO y que coordina y da órdenes a los agentes desplegados en cada actuación. Es habitual que en este vehículo viaje Dragó 1, el intendente Pastor, jefe de la BRIMO, y también sus segundos y escoltas.
Ayer en esta furgoneta había presencia de alto nivel. El major Trapero, máximo mando del cuerpo, de paisano, estaba encochado en este vehículo, tal como adelantó ayer por la noche ElNacional.cat. El jefe del cuerpo siguió la evolución de los disturbios a pie de calle y estuvo a pocos metros de esta maniobra puesta en duda.
El cuerpo no ha querido dar explicaciones sobre Trapero ni tampoco si él avaló o tuvo conocimiento de la operación que se quería hacer para desalojar Gran de Gràcia. A pesar de ir de paisano e "invitado", Josep Lluís Trapero es el máximo mando del cuerpo de los Mossos d'Esquadra. El major era la primera vez que seguía un dispositivo de orden público desde una furgoneta de la BRIMO.