Cambio radical en Manresa. La capital del Bages se ha situado a la vanguardia del reciclaje, convirtiéndose en la primera gran ciudad catalana en implantar un sistema avanzado de recogida de residuos. Ya hay otros municipios del país que han hecho un paso en esta dirección, y también barrios de ciudades importantes como Barcelona, pero con este avance, Manresa se convierte en una clara pionera, incorporando un modelo mixto que funcionará para todos los residentes. Concretamente, habrá el sistema puerta a puerta para comercios y equipamientos, mientras que los hogares utilizarán los habituales contenedores con la diferencia que solo se abrirán con tarjeta.

El objetivo del cambio de modelo es doblar el porcentaje de recogida selectiva, que ahora hace años que está estancado entre el 40 y el 45%. El puerta a puerta ya había entrado en funcionamiento para los comercios a partir del diciembre pasado, mientras que los contenedores cerrados se han incorporado ahora para acabar de completar el sistema avanzado de recogida de residuos a toda la ciudad. Este lunes se ha dado el pistoletazo de salida en dos barrios, la Balconada y Cal Gravat, y a partir de ahora se extenderá a dos más, la Sagrada Família y la Font, hasta hacerlo a toda la ciudad.

Los vecinos se entregan al reciclaje

El modelo de recogida selectiva mixto que se implanta en la ciudad es fruto de un proceso participativo desarrollado entre febrero y marzo de 2020, según el cual el 80% de los participantes estuvo de acuerdo en la implantación de los contenedores inteligentes para las casas. Con este cambio se ha acabado dando visibilidad a un proceso de adaptación que hace años que se está trabajando, según explica el alcalde de Manresa, Marc Aloy, a la ACN. "Hoy es la prueba de algodón", ha dicho, valorando también que se trata de una "pequeña revolución". También ha admitido que el cambio no ha sido fácil porque "no hay ningún referente", ya que la capital del Bages es la principal ciudad catalana que ha dado este paso.

Ahora bien, aunque el nuevo sistema implica un importante impacto sobre la ciudadanía, de momento no ha generado muy polémica. El concejal de Acción Climática, Pol Huguet, ha valorado "muy positivamente" la acogida que ha tenido el nuevo sistema entre los vecinos de los dos barrios, que en total suman unos 5.000 habitantes de los más de 80.000 que tiene la ciudad. También las dos asociaciones de vecinos afectadas, Cal Gravat y La Balconada, han aplaudido el cambio, sin quejas destacables. "La gente ha hecho preguntas y ha resuelto dudas. Eso significa que hay que hasta ahora no reciclaban y ahora lo harán", explica el concejal de Acción Climática.

Este es el caso de Abril Herrera, que reconoce que hasta ahora en casa no reciclaban. "Me parece bien que ahora nos obliguen", ha subrayado. Para otros, en cambio, el nuevo modelo no supondrá ningún esfuerzo especial, ya que ya reciclan desde hace tiempo. Josep Maria Casabach, de la Balconada, se muestra escéptico con el cambio: "Creo que ayudará a que la gente recicle más, aunque hay quien no tiene mucha paciencia para hacerlo". Para Antonio Tripiana, también de la Balconada, el reciclaje tendría que comportar algún tipo de beneficio económico para aquellos que lo hagan bien.