La participación que el todavía fiscal anticorrupción, Manuel Moix, tiene desde 2011 del 25% de una sociedad en Panamá heredada después de la muerte de su padre lo podría llevar a dejar el cargo en las próximas horas. Así lo avanzan El Confidencial y El Independiente, que aseguran que esta mañana, cuando se reúna con el fiscal del Estado, José Manuel Maza, le presentará su dimisión.

Maza le pedirá explicaciones, mientras que Moix alegaría estar cansado y no querer poner en riesgo la imagen de la Fiscalía.

El único bien de la sociedad es la titularidad de un chalet en Collado Villalba, en Madrid, conocido con el nombre de Duchesse Financial Overseas y valorado en 550.000 euros.

Asumir el impuesto

La sociedad, que no ha sido disuelta porque uno de los hermanos no podría asumir los gastos, está declarada a Hacienda. Esta sociedad habría sido constituida por su padre, Manuel Moix Martínez, en 1987 en Panamá y sólo estaba a su nombre.

El padre no dejó testamento cuando murió en 2011 y, precisamente por eso, los cuatro hermanos tuvieron que asumir el impuesto de sucesiones para declarar la sociedad. Aunque la han puesto en venta por el mismo precio declarado a Hacienda —a pesar de que ahora ya se ha rebajado hasta más de la mitad—, todavía nadie se ha interesado en comprarla.

El fiscal habría propuesto ceder su 25% a sus hermanos, que se negaron a aceptarlo para no tener que asumir todavía más gastos por el mantenimiento de la propiedad. Una de las hermanas sería la encargada de administrar la sociedad y, según fuentes citadas por el diario, el fiscal no habría intervenido nunca en su control.

Una testaferro de 93 años

La empresa panameña de Manuel Moix fue constituida por varios de los principales testaferros del paraíso fiscal de Panamá, según informa InfoLibre. Destaca especialmente Aida May Biggs, una panameña de 93 años que en abril del 2016 figuraba como testaferro en 17.539 empresas, y que ahora mismo sigue figurando como tesorera y directora de la sociedad de Moix.

De hecho, los primeros directivos de la compañía de Moix fueron tres de los testaferros panameños más activos durante las últimas décadas: Pablo Javier Espino fue designado presidente, Adelina Mercedes Chavarria de Estribi fue nombrada secretaria y Aida May Biggs fue escogida tesorera. Su función es ocultar a los verdaderos propietarios, garantizando así su anonimato.

Aparte de May Biggs, los otros dos cargos también figuran en miles de compañías. Tanto Pablo Javier Espino como Adelina Mercedes Chavarria de Estribi figuran en más de 10.000 compañías vinculadas a paraísos fiscales como Panamá, Bahamas o Islas Vírgenes británicas.