Trágico balance de fallecidos en las playas de Catalunya. Hasta el 15 de agosto han muerto 20 personas en la costa catalana, un dato que duplica las cifras del mismo período el año pasado (11). Para hacerse una idea: desde el 21 de junio han fallecido tres personas más que en todo el 2016.
El aumento de número de muertes ha levantado el debate sobre la gestión y la falta de vigilancia en la costa. Pero lo cierto es que dos de cada tres playas en Catalunya disponen de vigilancia. Ahora bien, no todas dan el mismo servicio.
La mayoría de municipios de la costa —61 de 70— tienen vigilancia en alguna de sus playas. La competencia de custodia de las playas depende de los ayuntamientos, por lo que hay diferencias entre poblaciones: cada municipio define la temporada de vigilancia, los recursos que se invierten, los horarios, entre otras políticas.
En las últimas dos semanas la cifra de víctimas ha aumentado considerablemente. Los días más trágicos fueron el 6, 7 y 8 de agosto, cuando murieron cinco personas. La primera víctima fue un hombre de 56 años, que se ahogó en la playa de la Mota en Cubelles la tarde del domingo; después, ya entrada la noche, una chica de 17 años corrió la misma suerte en una playa cercana del Garraf, en Vilanova i la Geltrú.
El lunes por la mañana, se añadieron dos víctimas más en la Costa Brava: un español de 78 años en Sant Pol de s'Agaró y un italiano de 41 en Platja d'Aro. Finalmente, el martes se añadió otra muerte en la playa Miracle de Tarragona, donde falleció un joven rumano de 26 años que decidió bañarse aunque hubiera bandera roja.
La última víctima que hay que lamentar se ahogó el pasado viernes en la playa de la Barcelona. Era un hombre de 57 años que estaba pescando a primera hora de la tarde y cayó al agua en la zona del espigón.
Costa Brava: uno de cada dos fallecidos
Más de la mitad de las víctimas mortales (57,9%) en las playas este verano fallecieron en la Costa Brava. Por detrás, según la distinción costera de la Generalitat, le sigue la costa de Barcelona —que incluye el Maresme y el Garraf— y la Daurada, con cinco y tres fallecidos respectivamente. Las Terres de l'Ebre, el lugar con menos actividad turística, ha sido el lugar con menos fallecidos: uno.
La playa donde se registraron más víctimas fue la playa Gran de Castell, en Platja d'Aro: ha habido tres ahogamientos mortales, uno el 17 de junio, otro 12 de julio y finalmente un último el 7 de agosto.
El perfil de la víctima
El Nacional ha accedido a los datos que muestran el perfil de la persona ahogada: se trata de un hombre español de más de 65 años que se bañaba con bandera verde y vigilancia. Entonces, si las condiciones eran buenas, ¿cómo se explican las muertes? Según apuntan desde Protecció Civil, las víctimas pueden sufrir una patología previa que se vea agravada, por ejemplo, por el contraste de temperaturas.
En todo caso, Protecció Civil recibe de media entre cinco y seis avisos al día a lo largo del verano, lo que significa que la mayoría de ahogamientos terminan sin víctimas mortales ni heridos graves. 17 de los 20 fallecidos eran hombres, de los cuales diez estaban en la franja de edad superior a los 65 años.
La mayoría de personas ahogadas fueron atendidas por la mañana, siendo la franja entre las 12h y las 14h la que se saldó con más muertes. Por lo que se refiere a la nacionalidad de las víctimas, la mayoría eran españolas (9) y francesas (4). Después se encuentran ciudadanos de otras nacionalidades, como el hombre italiano que falleció el 7 de agosto en Platja d'Aro.
La temeridad solo fue la causa de la muerte en dos de los casos registrados: el ahogamiento de un chico de 18 años en la playa del Miracle en Tarragona el 7 de julio y el episodio del 8 de agosto en Tarragona, que se llevó a un chico de 26 años. En ambos casos ondeaba la bandera roja.
En el resto de circunstancias, las condiciones eran óptimas para el baño. De hecho, en la mitad de los casos (11), había un servicio de vigilancia activo en la playa del fallecimiento.