El Aaiún, capital del Sáhara Occidental. Más de mil quilómetros separan esta localidad de las principales ciudades marroquíes en el Rif, como Tánger y Nador, donde hay vuelos directos desde Madrid a cargo de la aerolínea Royal Air Marroc (RAM). Aun así, los controvertidos vuelos de deportación de inmigrantes de España a Marruecos siguen actualmente la ruta Madrid – Gran Canaria – El Aaiun. Un rodeo que, para el caso de inmigrantes del norte de Marruecos supone más de 2.000 quilómetros extra cuando Tánger dista algo menos de 550 kilómetros de Madrid.
¿Y cuál es el objetivo de todo ese periplo? Afianzar la autoridad marroquí sobre el Sahara Occidental en plena escalada bélica con el Frente Polisario tras el reconocimiento por parte de Estados Unidos de la soberanía de Marruecos sobre el territorio de la excolonia española, una artimaña sobre el terreno a la que ha cedido el gobierno español pese a que la postura oficial del ejecutivo de Pedro Sánchez es considerar que el conflicto saharaui debe dirimirse en la ONU.
Según informa la agencia Efe, actualmente llegan a El Aaiún unos cuatro vuelos de ARM por semana con veinte inmigrantes en cada avión, cosa que obliga a España a admitir indirectamente el control marroquí sobre ese territorio en un momento en que las relaciones entre España y Marruecos están tensionadas hasta el punto de que en diciembre se canceló una reunión bilateral sin que exista otra fecha para su celebración.
Rifeños en el Sahara
Sin ir más lejos, la pasada semana tres inmigrantes rifeños que se encontraban en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) en Murcia recibieron una orden de expulsión y fueron trasladados hasta Madrid, donde embarcaron escoltados por varios policías a un vuelo a Gran Canaria, y desde ahí volaron en otro avión de RAM a El Aaiún, según contaron a Efe los afectados.
Pese a que las costas saharauis registran un gran tráfico irregular de inmigrantes con destino a las Islas Canarias, en el caso concreto de esas tres personas -que llegaron a España desde las costas mediterráneas marroquíes- se da la circunstancia que una vez en El Aaiún deberán hacer más de mil quilómetros más para llegar a sus hogares en el norte de Marruecos.
Lo cierto es que Marruecos ha decidido que las deportaciones se hagan por El Aaiún, ciudad a la que los expulsados llegan escoltados por policías españoles, quienes los entregan en las mismas escalerillas del avión a sus colegas marroquíes, según manifestó a Efe uno de los afectados.
Cabe añadir que todos los gastos relativos a estos vuelos, incluidos las PCR que Marruecos impone obligatoriamente a todo viajero llegado del exterior, son sufragados por el gobierno español, según confirmaron las fuentes.