Un caporal y varios agentes de los Mossos forman parte de un grupo desconocido de los Mossos d'Esquadra que desde el año 2013 —empezando con solo tres policías en aquel momento— se dedica a buscar y a detener fugitivos que han conseguido escapar de la justicia y que tendrían que estar en la cárcel. El Grup de Recerca Activa de Fugitius (GRAF), Unitat d’Entorn Penitenciari (UEP) de la Comisaría General de Investigación Criminal, ahora ha evolucionado y ha tenido que ampliar su plantilla para adaptarse a las necesidades actuales, diferentes de las de aquel lejano 2013. Es el GRAF, un grupo poco conocido de los Mossos d'Esquadra, pero ElNacional.cat ha podido hablar con ellos y saber qué hacen. Complicar la vida a las personas que se escapan y evitar que Catalunya sea cuna de aquellos fugitivos internacionales que piensan que aquí pueden vivir tranquilos, escapando de la justicia de su país.
Marshals catalanes
El objetivo es devolver a prisión a aquellas personas que están en busca y captura judicial, la mayoría condenadas, y que, o bien por no haber vuelto después de un permiso o por no haberse presentado cuando el juzgado las reclamaba, han escapado y han desaparecido. Romper esta condena, evadirse de la prisión, es un delito que puede comportar entre seis meses y un año de prisión adicional y es considerado un delito leve, hecho que hace que las investigaciones que hacen estos agentes sean todavía más complicadas. Por este tipo de delitos, los jueces no autorizan escuchas o entradas en domicilios, hecho que obliga a estos investigadores a picar mucha piedra, a hacer investigación artesana, como la que los más veteranos del grupo explican que hacían cuando estaban en otras unidades de investigación.
Aunque el dato es vivo, se mantiene estable con el paso de los años. En Catalunya hay un grueso de 200 personas evadidas de las prisiones. Algunos vuelven, algunos se marchan, y algunos se escapan y vuelven al cabo de pocos días o son detenidos por el GRAF. Pero siempre se mantiene bastante estable este grueso de 200 personas, la mayoría hombres y cada vez, como el conjunto de la población penitenciaria, de nacionalidad extranjera.
La apuesta internacional del GRAF
El GRAF se creó para dar apoyo a la autoridad judicial en la búsqueda de personas que abandonaban las prisiones o que no comparecían ante los jueces, una de las ramas que todavía explota y lidera. Buscar y cazar fugitivos que después de permisos de salida rompían la condena y no volvían a la cárcel.
Los últimos años, sin embargo, los analistas de este grupo han detectado que muchas de las personas que se evaden se marchan al extranjero. Es aquí donde el GRAF ha puesto en marcha el plan piloto internacional que les ha permitido localizar en el extranjero, en dos años, a más de 50 fugitivos de prisiones catalanas que habían intentado buscar refugio fuera de Catalunya. Algunos son devueltos a prisiones catalanas y otros se pacta que ingresen a prisión y que acaben su condena allí.
Todas las personas que se evaden son comunicadas al momento a los Mossos d'Esquadra, que durante treinta días activan una orden de detención policial a nivel europeo, a la espera de que sea el juez que lo reclama, el que ordene su detención. La policía catalana activa la orden de detención, que tiene validez en todo el Estado, en menos de una hora, un hecho que permite detenerles si son identificados en controles de paso. Pero si no son detectados y salen —los controles fronteros son casi inexistentes en el espacio Schengen— los Mossos los buscan fuera. Cuando tienen indicios que pueden estar en algún país de Europa, lo comunican al juez y ordenan una orden europea de detención. La inteligencia y la investigación la hacen los Mossos y señalan a las autoridades locales donde puede ser detenido.
Referencia de policías internacionales
Y como los Mossos funcionan, ahora también se han convertido en referencia internacional. Aunque el contacto con las policías internacionales se hace vía la Policía Nacional, todas las órdenes de detención se cuelgan al mismo sistema, y algunas policías europeas se ponen en contacto con los Mossos d'Esquadra cuando detectan que las personas que buscan se pueden ubicar en nuestra casa.
Artesanía y nuevas tecnologías
Que sea un delito leve, no volver a la prisión, teniendo en cuenta que una parte de la condena ya la han cumplido -se escapan aprovechando los permisos- y que la pena adicional es de entre seis meses y un año de prisión, hace que los Mossos no tengan autorización judicial para hacer escuchas telefónicas, balizar vehículos o hacer entradas en domicilios, y eso hace que los investigadores del GRAF tengan que desplegar investigación artesana, a la antigua. Picar piedra. Escuchar el entorno, hacer horas y horas de esperas y explotar al máximo el instinto policial.
Con todo, sin embargo, las nuevas hornadas de agentes que se suman al GRAF permite mejorar también con las capacidades digitales. "Algunos de los que buscamos tienen la necesidad de publicar cosas en las redes", asegura a uno de los responsables del GRAF. Y aquí, aprovechando las fuentes abiertas, los investigadores lo explotan. Con un famoso fugitivo, Adrián Molina, que consiguió huir durante una conducción policial, montando un show en Terrassa haciendo uso de un extintor, los investigadores del GRAF lo pudieron localizar gracias a las imágenes que publicaba en Instagram. La mezcla de estas dos metodologías, la de toda la vida y la de fuentes abiertas, sin embargo, tiene una base: la paciencia.
Dos años y seis meses tras Naranjo Acevedo
Y la paciencia se demuestra en la caza de José Antonio Naranjo Acevedo, un atracador. Se escapó de la prisión de Brians 1 en junio de 2021, dónde cumplía una condena de 25 años por un doble asesinato que cometió, con cuatro personas más, el año 2002, en el marco del atraco de los cines AMC del centro comercial Parque Vallès de Terrassa. Durante este tiempo, extorsionó a su expareja y también la agredió, pero era imposible poder localizarlo y detener.
Los investigadores del GRAF no cerraron nunca la búsqueda de este hombre y poco a poco fueron cerrando el círculo. Fue noviembre del año pasado, después de dos años y seis meses de investigación activa, que pudieron detenerlo en el barrio de Sant Genís de Horta, en Barcelona. El hombre todavía no estaba jubilado y aunque no cometió ningún atraco durante este tiempo, sí que estaba preparando, supuestamente, un narco asalto, y gente del entorno criminal se empezó a relacionar con él, cosa que permitió a los Mossos del GRAF situarlo en este barrio de Barcelona y detenerlo. Es la investigación más larga que ha hecho el GRAF en sus diez años de historia y consiguieron devolver en la prisión a este peligroso criminal condenado por dos asesinatos.
En las prisiones ya los conocen
A pesar de ser un grupo desconocido, poco mediático, en las prisiones Catalunya ya se habla de ellos. Uno de los detenidos que han hecho últimamente a los investigadores del GRAF les explicó, mientras lo arrestaban, que ya sabía que había un grupo de policías que iban tras de los fugados y que, normalmente, los cazaban. Que los internos que tienen derecho a permiso se lo piensen dos veces antes de no volver a la prisión, también es un objetivo, a nivel interno. En el ámbito internacional, sin embargo, el objetivo de estos Marshals catalanes es complicar la vida a aquellas personas que buscan en Catalunya refugio de la justicia de sus países.