Marte tiene una zona volcánica tan grande como Europa y que puede entrar en erupción. Es la principal conclusión de un estudio publicado en la revista Nature este lunes y que está encabezado por la Universidad de Arizona, que cambia una idea preestablecida sobre el planeta. La cosa es que la mayor parte de la actividad volcánica y tectónica de Marte se produjo durante sus primeros 1.500 millones de años, de manera que hasta ahora se lo valoraba como geodinámicamente inerte. Pero este nuevo estudio ha identificado lo que se considera una pluma del manto activa, de unos 4.000 kilómetros de diámetro y ubicada bajo el Elysium Planitia (en el norte) — que empuja la corteza hacia arriba y lleva el magma caliente a la superficie.
Esta pluma puede explicar la baja pero constante actividad sísmica que ha detectado hace poco el módulo de aterrizaje InSight de la NASA, que desde el 2018 explora una zona denominada Cerberus Fossae. Está en esta región donde se ubicaba el volcán más reciente del planeta (hace 53.000 años) y donde ahora se calcula que se sitúa el centro de la mencionada pluma.
El tercer planeta
Un equipo encabezado por Adrien Broquet y Jeffrey Andrews-Hanna ha analizado la topografía, la gravedad y la geología de la región de Elysium Planitia. Mediante el uso de modelos geofísicos, han encontrado pruebas que toda la zona está sobre una pluma del manto de material caliente de entre 95 y 285 grados kelvin (más caliente que su alrededor). De la misma manera que la Tierra, la presencia de la pluma activa impulsa la actividad geológica sostenida (como los terremotos de Marte detectados por el InSight) y es la causa de la lenta apertura de la corteza bajo las fosas Cerberus. Al fin y al cabo puede indicar que Marte es el tercer cuerpo del sistema solar interior con plumas del manto actualmente activas, después de la Tierra y Venus.
Conocer todos estos detalles sobre el planeta rojo serán muy útiles para el futuro de la misión Artemis, que pretende establecer una base en la Luna para viajar después a Marte. De hecho, la semana pasada la cápsula Orión alcanzó un nuevo récord: llegó más lejos que ninguna otra nave. Es decir, la máxima distancia alcanzada por cualquier nave espacial desde la Tierra — después de haber llegado a la Luna. El retorno a casa de Orión está programado para el 11 de diciembre. Ahora, habrá que esperar hasta el 2024 para ver en acción la misión Artemis II (con tripulación) y hasta el 2025 para el Artemis III (cuándo los astronautas pisarán la Luna). Quién sabe si habrá astronautas españoles en alguna de estas misiones, después de que la Agencia Espacial Europea haya reclutado a Pablo Álvarez y Sonia García.