Hace años que el invierno cada vez se hace esperar más, el cambio climático hace que las temperaturas bajas cuesten más de llegar y que lo que ahora es frío, dista mucho de lo que se consideraba frío hace 20 años. Sin embargo, encender la calefacción o el radiador es un gesto que año tras año hacemos, porque refresca y porque casi es costumbre que cuando se acerca el mes de diciembre encendemos estos aparatos para calentar el hogar y crear ambiente de rescoldo en casa. Estos aparatos para generar calor acostumbran a consumir bastante energía y seguro que muchos se han preguntado si sale más a cuenta mantener los aparatos encendidos, a una temperatura baja, pero constante, o apagarlos y ponerlos en marcha en función de la necesidad.
No es lo que la mayoría piensa
Parecería más lógico tener claro que al bolsillo le sale más a cuenta programar la calefacción a una temperatura baja, pero constante, y evitar encender y apagar, pero los expertos dicen que no es así. Mucha gente argumentaría que si la temperatura de la vivienda baja, después habrá que utilizar más energía para recuperar la temperatura de confort, pero los expertos opinan el contrario. Se gasta menos energía apagando la calefacción por la noche o al salir de casa que manteniéndola encendida.
Los beneficios de apagar y encender la calefacción
La razón es sencilla: mantener una temperatura constante en nuestra casa exige una aportación continua de energía, ya que la vivienda tiene pérdidas de calor, a través de las ventanas, paredes o techos, que hay que compensar. Esta energía que nuestro sistema tiene que aportar para mantener una temperatura dada será mayor cuanto más frío haga en el exterior y como peor sea el aislamiento de nuestra vivienda. Ahora bien, a medida que la casa se enfría, las pérdidas de calor se reducen, ya que la diferencia de temperatura entre interior y exterior es menor. Cuando se apaga la calefacción, el sistema deja de gastar energía para compensar las pérdidas de calor. Es evidente que, para recuperar la temperatura, nuestro sistema de calefacción consume energía, pero este consumo, un poco más intenso, será más corto. Y eso no es todo, el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE), también recomienda apagar la calefacción por la noche y abrigarse en la cama para no tener frío.
Por cierto, el IDAE advierte que una variación de 1º C genera un ahorro aproximado de un 7% en climatización y, por lo tanto, mediante el uso de aparatos como termostatos o programadores horarios permiten hacer un uso y un control más efectivo de la temperatura y de la energía que consumimos en los hogares.