El gobierno de Andorra ha empezado una nueva campaña para la promoción de la lengua catalana: "Me lo puedes decir en catalán", con la cual quieren evitar que los catalanohablantes cambien de lengua al relacionarse con no nativos y personas que están aprendiendo en catalán, para facilitar que estos lo aprendan y promocionar el uso del habla autóctona. La campaña viene acompañada de un anuncio, en el cual se muestra varias escenas en las cuales hablantes no nativos piden a catalanohablantes que no cambien el idioma. La campaña, que empieza este primero de diciembre y se alargará hasta el 21 del mismo mes, estará centrada en la visibilidad en las redes sociales y también en algunos medios de comunicación.

En el spot del Servicio de Política Lingüística del Gobierno de Andorra salen el camarero de un bar, un jugador de baloncesto y dos dependientas de tiendas que, ante el cambio de idioma o el uso de palabras en catalán, piden al interlocutor —mirando a cámara, como si hablaran al espectador— que le hable en catalán: "Me lo puedes decir en catalán". "Hablar en catalán es ayudar a otras personas a hacerlo", concluye el vídeo. Entidades en defensa del catalán como "No me cambies la lengua" o "Acción por el catalán" han celebrado la campaña del Gobierno de Andorra: "Genial", ha valorado la primera, a través de un mensaje en las redes sociales.

Cambiar la lengua es una actitud "excluyente", señala Plataforma

En este sentido, Plataforma per la Llengua también insta a evitar el cambio de idioma. ¿Tal como señalan en su última guía "Qué hago si...?", para aconsejar sobre el uso del catalán en situaciones cotidianas, "a primera vista, no tenemos manera de saber si una persona sabe o no sabe hablar en catalán. Ni el color de la piel, de los ojos o del pelo, ni la manera de vestir, ni ningún otro indicador externo, nos permiten adivinarlo. Por lo tanto, podemos hablar siempre en catalán, y con total normalidad". "Si no nos entiende cuándo le hablamos en catalán, ya nos lo hará saber [...]. Escoger la lengua basándonos en el aspecto de nuestro interlocutor es una actitud excluyente y discriminatoria. Y además dificulta la integración lingüística de los recién llegados a nuestra sociedad y representa un desprecio por los inmigrantes residentes en los territorios de habla catalana que han aprendido la lengua catalana", añaden.