El pasado 19 de septiembre, hace un mes, el volcán Cumbre Vieja entró en erupción en la isla de La Palma. Desde entonces, este no ha dejado de expulsar lava, que ha bajado en diferentes coladas desde el cono principal y ha destruido todo lo que se ha encontrado a su paso en su camino hacia el mar, donde ha formado un delta de lava que ha cambiado la orografía del territorio.

2.000 edificios arrasados

En las últimas horas, estas diferentes coladas han entrado en una fase de estabilidad y lentitud, según el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias, el Pevolca, Miguel Ángel Morcuende. Tal como ha explicado el experto, el magma ya ha cubierto 763,32 hectáreas. De estas, 228,9 corresponden en áreas de cultivo: 128,07 de plataneros, 52,02 viñas y 16,9 de aguacates.

Por otra parte, según la última actualización del satélite Copernicus, el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea, como mínimo 1.956 edificaciones han sido destruidas y unas 61 en riesgo por el avance de la lava.

Hacia el mar

Aunque en algunas horas de la jornada de ayer la lava bajaba dirección al mar a gran velocidad, se ha ralentizado drásticamente en las últimas horas: ahora se abre paso a un ritmo de 2 metros por hora y está situado a unos 160 metros del océano.  Si hoy el magma vuelve a ganar velocidad, es posible que caiga al agua y forme un nuevo delta de lava como ya ocurrió hace unas semanas. Este río de magma, antes de ralentizar su curso, había arrasado un supermercado en el barrio de La Laguna, uno de los más afectados, para después atravesar una zona platanera.

Confinamiento

La posible llegada al mar ha alertado a las autoridades, ya que puede ir acompañada de explosiones y emanaciones de gases nocivos, motivo por el cual se tendría que decretar el confinamiento de más núcleos en el municipio de Tazacorte. La primera colada de lava, que arrasó con el barrio de Todoque y formó el primer delta ya provocó que se tuviera que confinar aparte de la población.

Con todo, la erupción, ha explicado Morcuende, ha tenido muy poca afectación sobre la vida marina, a pesar de la llegada al mar de lava: han muerto muy pocos pescados|peces y no hay concentración de contaminantes en el agua.

4,6 grados

Por otra parte, el aeropuerto de La Palma ha podido funcionar con normalidad las últimas horas, aunque hay un problema "obvio", así lo ha dicho el director del Pevolca, relacionado con las partículas en suspensión de la erupción y la calima. Estas circunstancias, sin embargo, se pueden solucionar "fácilmente" con mascarilla, un elemento en el cual estamos más que acostumbrados, mejor si son de tipo ffp2. Aunque no hay suficientes datos científicos para obligarlo, las autoridades han pedido a la población de algunas zonas que se autoconfinen, pasando la mayor parte del tiempo posible en interiores.

Esta erupción que empezó ya hace un mes y no se prevé que pueda acabar a corto plazo también ha venido acompañada de terremotos. El lunes, en solo 12 horas se registraron hasta 60 seísmos, uno de los cuales de 4,6 grados, el más fuerte detectado hasta ahora. Este tuvo lugar a 36 kilómetros de profundidad.

 

En la imagen principal, el volcán en erupción / Efe