Leo Messi reclama 50.000 euros a los activistas climáticos de Futuro Vegetal como compensación por haber vandalizado con pintura negra y roja la fachada de su mansión en Eivissa el pasado 6 de agosto. Así lo ha confirmado este viernes el portavoz del grupo ambientalista, Bilbo Bassaterra, que en declaraciones a EFE ha explicado que un empleado del futbolista argentino ha interpuesto una denuncia contra ellos ante la Guardia Civil, en la cual los acusa de un delito de daños. Bassaterra ha señalado que las acciones que hace este grupo son con "pintura al temple", y que no es difícil de limpiar. "La pintura sale con agua, a priori con un manguerazo se va, como mucho tendrás que frotar un poco", asegura, y defiende que si hubiera que repintar la fachada, "no cuesta 50.000 euros". Así, ha criticado que la cantidad exigida por Messi es "altísima" y cree que se ha hecho a partir de una estimación "por encima del coste" de cara al procedimiento judicial.
El reclamo de Messi llega tres días después de que dos activistas de Futuro Vegetal fueran sancionadas con una multa de 90.000 euros cada una por una protesta el pasado julio en el aeropuerto de Barajas en que se saltaron los controles de seguridad y se "engancharon" a la pista de aterrizaje. La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) las ha sancionado por haber accedido de forma no autorizada a "la zona de operaciones y las zonas restringidas de los aeropuertos". En este sentido, Futuro Vegetal ha compartido a través de las redes una cuenta de PayPal que invita a dar apoyo económico a los activistas.
La acción contra la mansión de Messi quería poner el foco en los ricos
Tanto Bassaterra como dos activistas más fueron detenidos el 8 de agosto después de hacer una nueva acción de protesta, esta vez contra la fachada del hotel Leonardo Royal, al cual acusaron de "financiar el genocidio" en Gaza. Fueron puestos en libertad 24 horas después acusados por un delito de daños. La protesta contra la mansión de Messi tenía como objetivo denunciar, por una parte, que la mansión "es una construcción ilegal", ya que afirman que se construyó sin permiso de obras, y, por otra, poner en el punto de mira el consumo de los ricos y su impacto en la crisis climática. "El 1% más rico de la población es responsable de la misma cantidad de emisiones de carbono que los dos tercios", denunciaron entonces en un comunicado, destacando también que el actual jugador del Inter de Miami adquirió la propiedad en la isla por 11 millones de euros.