Más de la mitad de los delitos de odio denunciados a los Mossos d'Esquadra entre el 2020 y el 2022 fueron perpetrados por menores de 35 años, según datos obtenidos por la ACN a través de una petición de transparencia. En concreto, los jóvenes de hasta 34 años son los autores de un 50,1% de los hechos. Además, del total de denuncias recibidas por la policía catalana, los menores de edad constan como responsables de un 22,6% de los delitos, con una especial incidencia en los adolescentes. La franja entre los 35 y los 64 años es la que acumula más hechos, un 43,1% del total de 1.433 delitos registrados por Mossos en los tres años. Unos cuatro de cada diez crímenes por odio y discriminación son por LGTBI-fobia (40,5%), y un tercio por motivos étnicos, de origen o raciales (33,1%). Entre las otras razones para incurrir en delitos de odio se encontraron los de orientación política (17%), el religioso (2%), el sexismo (1,9%) y la islamofobia (1,5%). Entre los menores de edad, los ataques al colectivo LGTBI casi monopolizan las infracciones, con una incidencia del 77,7% en esta franja de edad. El racismo es el motivo del 15,6% de las acciones, la orientación política, el 2,4%, y las vejaciones en discapacitados psíquicos o mentales, el 1,8%.
Los partidos de extrema derecha
Al presidente del Observatorio contra la Homofobia (OCH), Eugeni Rodríguez, le preocupa que la gran mayoría de los autores de los delitos sean jóvenes y señala que eso tiene que ver con el concepto de masculinidad y el machismo y el LGTBI-fobia. "Se tienen que hacer muchos deberes a nivel educativo pero también cambiar el paradigma de las masculinidades porque tenemos un monstruo que actúa de forma violenta hacia las mujeres y las personas LGTBI", apunta en una entrevista a la ACN. Según él, en las escuelas harían falta psicólogos y psicopedagogos para reforzar las políticas educativas necesarias para garantizar los derechos LGTBI y también prevenir el 'bullying'.
El portavoz del Colegio de Criminólogos Jaume Hombrado lamenta una "normalización de conductos" entre los jóvenes, como controlar el teléfono de la pareja, vigilar la ropa que utiliza y con quien sale o atacar colectivos como el LGTBI. Una de las razones que ve es la aparición de partidos políticos que "disminuyen" el fenómeno de rechazo a la homofobia o que incluso se estén "vanagloriando" el menosprecio de ciertas minorías sociales. "Las opiniones de extrema derecha han existido siempre, pero si tienes un interlocutor que defiende estas ideas, las legitima y tú te sientes con más capacidad de ejecutarlas", explica. En la misma línea que Rodríguez, Hombrado cree que hay "valores" que se tienen que inculcar a los jóvenes con respecto a la educación sexoafectiva, sobre "qué conductas son permisibles", o como tratar las minorías sociales con valores.
Aumento de denuncias
Las infracciones registradas han ido subiendo, de las 382 del 2020, hasta las 464 del 2021 y las 587 del 2022. En estos tres años, los hombres han cometido tres de cada cuatro crímenes por discriminación (75,9%), y también son la mayoría de las víctimas por estos hechos (63,8%). Rodríguez destaca que los hombres estén en la mayor parte de los casos los que ejerzan violencia hacia minorías o colectivos vulnerables. En el colectivo LGTBI, dice, no solo son hombres los que lo ejercen sino que también mayoritariamente los que la sufren, por el hecho de ser gais.
Sobre el aumento de las denuncias, Hombrado opina que es "positivo" que los Mossos recojan más incidentes, ya que "implica que el sistema funciona". Según él, "la alternativa es que se reciba una situación de victimización y no la denuncie, sino que se la quede en casa". Para el también profesor de Derecho a la UB, hay conductas que hace cinco o diez años que se consideraban aceptables, mientras que ahora a la sociedad las victimizan, y cita el incidente entre el presidente de la RFEF, Luis Rubiales, y la futbolista Jenni Hermoso. "Ahora hay mucha gente mucho más sensible a una realidad social o circunstancia que tiene que tener una consecuencia", añade. Eso implica, según él, que pueda haber confusiones entre el aumento de denuncias y un supuesto incremento de los delitos.
El perfil de los delitos de odio
Por otra parte, los datos de Mossos muestran que la vía pública es la ubicación más frecuente donde se perpetran estos delitos (40,2%), seguido del interior de las viviendas, con en torno al 20%. La policía catalana también divide las acciones entre tipo de hechos según constan al código penal, y los que se enmarcan en las acciones contra el ejercicio de los derechos fundamentales y las libertades públicas ocupan el 24,4% de los casos. El 23,1% son delitos de lesiones, mientras que el 20,7% son de amenazas y un 8,5% son de daños, y el 4,5% de denuncias son por trato degradantes o vejatorias. Por otra parte, los datos también reflejan que la inmensa mayoría de crímenes son presenciales (1.298 de los 1.433, un 90,5%). El resto son por internet y/o redes sociales (135).
Barcelona es el municipio donde se han registrado más delitos de odio en los últimos tres años, con un 27,4% del total de los casos en Catalunya, y destacan los distritos del Eixample (5,5%), Sant Martí (5%) y Ciutat Vella (4,7%). De hecho, estos tres distritos son las áreas policiales donde se han registrado más por todo el país, seguido del ABP Segrià – Garrigues – Pla d'Urgell (4,5%), el ABP Osona (4%), el ABP Badalona (3,6%) y el ABP Garraf (3,6%).