La supermodelo Elle MacPherson, uno de los grandes iconos de la moda de los años 90, ha revelado que padece cáncer de pecho desde hace 7 años y su negativa a tratarlo con quimioterapia, decantándose en su lugar por un "enfoque holístico". "Fue un 'shock', algo inesperado, confuso y desalentador en muchos sentidos", confiesa sobre sus sentimientos al conocer el diagnóstico en una entrevista concedida a la revista The Weekly al cumplir 60 años y con motivo de la publicación de sus memorias, tituladas sencillamente Elle, ya en las librerías.

En la misma, justifica que de cara a su tratamiento necesitaba "ser fiel" a sí misma y "confiar en la naturaleza" de su cuerpo, por lo que, tras muchas semanas en busca de consejo (en concreto, habla de 32 médicos y expertos), optó por ponerse en manos de su médico de cabecera, especializado en "medicina integrativa". Se trata de una disciplina que integra la medicina alternativa con la medicina convencional y utiliza así "una combinación de terapias y cambios en el estilo de vida para tratar y sanar a la persona en su totalidad".

 

Una decisión que no comparte su entorno

"Decir no a las soluciones médicas estándares fue lo más difícil que he hecho en mi vida. Pero decir no a mi propio ser interior habría sido aún más difícil", escribe en su libro, una decisión que, según reconoce más adelante, sabía que muchos no compartirían, incluidos miembros de su familia, y que haría que otros muchos la tomaran por "loca". En concreto, destaca la reacción de sus dos hijos, Flynn y Cy -que entonces tenían 19 y 14 años- y de su expareja y padre de los niños, Arki Busson. "Cy simplemente pensaba que la quimioterapia te mata. Por eso nunca quiso que lo hiciera porque pensaba que era un beso de la muerte. Flynn, que es más convencional, no se sentía cómodo en absoluto con mi elección. Sin embargo, es mi hijo y me apoyaría en todo y me amaría a pesar de mis decisiones, incluso si no estuviera de acuerdo con ellos. Mis hijos me apoyaron muchísimo, cada uno a su manera, pero yo sabía que estaban muy asustados". Según relata, tras someterse a este tipo de tratamiento holístico durante ocho meses en Phoenix (EE.UU.), su cáncer se encuentra, "en términos tradicionales, en remisión". "Yo diría que estoy en completo bienestar. ¡Y lo estoy! Desde todo punto de vista, en cada análisis de sangre, en cada escaneo, en cada prueba de imagen... pero también en el apartado emocional, espiritual y mental, no solo físicamente", señala.