La Audiencia de Barcelona ha absuelto al mosso acusado de sacarle un ojo a un joven con una bola de goma durante la celebración del título de la Liga de Campeones del Barça del 2009 al no considerar probado que fuera la pelota que tiró el acusado la que mutiló un ojo a Òscar Alpuente, ya que se dispararon más, aunque no lo descarta del todo.
La acusación particular pedía para el escopetero tres años de prisión y una indemnización de 180.000 euros por un delito de lesiones por imprudencia. En cambio, la fiscalía concluye que fue una bola de goma lo que impactó con el ojo del joven, pero que no se puede identificar qué agente de los Mossos fue el autor del disparo y, por eso, pedía la absolución, que finalmente el tribunal ha dictaminado, según ha adelantado El Periódico.
En su escrito de acusación, el fiscal recogía que los escopeteros de las unidades Dragón 110 y Dragón 111, que intervinieron en la zona de Passeig de Gràcia con Diputació, "dispararon pelotas de goma hacia las zonas donde tenían lugar los disturbios siguiendo las órdenes de su superior y cumpliendo las normas de seguridad correspondientes (con respecto a distancia y dirección del tiro)". Una de las pelotas de goma, proseguía el fiscal, "después de seguir una trayectoria que no consta, acabó alcanzando a Óscar". "No se ha podido determinar de cuál de los agentes de los Mossos d'Esquadra procedía el proyectil", sentencia.
El ministerio público enmarcaba los hechos juzgados en una noche en que se produjeron "numerosos y graves disturbios de orden público, que determinaron la actuación" de los Mossos, que "tuvieron que utilizar los medios necesarios para restablecer el orden en la zona, evitar los destrozos de mobiliario público y privado y repeler, en algunos casos, las violentas agresiones de que eran objeto".
Además, el acusado habría disparado la bola de goma de forma reglamentaria. El escopetero afirmó que disparó en dirección montaña y hacia el lado del Llobregat, que buscó el rebote y que lo hizo a una distancia de unos 50 metros "aproximadamente". El protocolo de uso de esta munición, que desde hace tres años está prohibida como material antidisturbios de los Mossos, establecía que la distancia mínima de seguridad para disparar en situaciones de orden público era de 50 metros y que el escopetero tenía que buscar siempre el rebote de la pelota de caucho en el suelo.
Este fue el segundo juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona por las mutilaciones causadas por las pelotas de goma, después del de Ester Quintana, que acabó con la absolución de los dos mossos antidisturbios que fueron juzgados en abril pasado. Las bolas de goma no forman parte del material de antidisturbios desde el 30 de abril del 2014, cuando entró en vigor la prohibición de esta munición acordada por el Parlament. El rechazo social a estos proyectiles por su alta capacidad de lesionar gravemente y la aleatoriedad en sus impactos acabó precipitando la retirada.