No hay fecha fijada para cumplir con las demandas del Parlament de Catalunya. Los Mossos d'Esquadra no se pueden quedar sin armamento no letal para controlar manifestaciones violentas y aunque la comisión parlamentaria que intentó revisar el modelo policial catalán aprobó eliminar los proyectiles de foam más lesivos —manteniendo los que generan menos impacto—, la policía catalana todavía no los eliminará. No lo hará hasta que no se encuentren alternativas que puedan funcionar para contener las masas en manifestaciones donde haga falta la participación de los grupos de orden público como la Brigada Móvil o el Área Regional de Recursos Operativos (ARRO). Así lo ha explicado el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena, en una entrevista en Catalunya Radio, esta mañana.
"No se puede hacer de un día para el otro", ha explicado Elena, asegurando que los Mossos tienen intención de cumplir con las directrices del Parlament, pero que no se hará hasta que los técnicos en orden público dispongan de nuevas herramientas. Hay que recordar que el Parlament ya eliminó el uso de las lanzaderas de pelotas de goma y fue entonces cuando se buscó una alternativa como el foam. Este armamento no letal tiene dos tipos de proyectil y el Parlamento ordenó ahora, con el voto favorable de la mayoría de izquierdas, también eliminarlo. Los especialistas en orden público hace tiempo que alertan que solo con las lanzaderas de foam ya es muy complicado contener manifestaciones como las que los últimos años se han producido en Catalunya y que hay que buscar herramientas más eficaces sin eliminar el foam.
Sobre la creación de un órgano de control externo para vigilar a los Mossos, que Esquerra propuso, pero el Parlamento rechazó, el conseller ha dicho que no lo aprobará por decreto contra la voluntad mayoritaria de la cámara, pero no descarta volver a hablar para conseguir "más transparencia" en el cuerpo policial que ahora controla él y su partido desde el departamento de Interior.
Más agentes para investigar las agresiones sexuales
El conseller ha comparecido en la radio pública dos días después de haberse presentado el nuevo organigrama de los Mossos d'Esquadra. Ha insistido en las nuevas áreas centrales de investigación, como la que investigará los delitos económicos, la corrupción, el cibercrimen y también la que investiga los delitos sexuales. La actual Unidad Central de Agresiones Sexuales (UCAS), creada hace dos años y que cuenta actualmente con 32 efectivos, duplicará a los agentes en los próximos meses después de convertirse en área.
Por último, sobre posibles cambios legislativos para bajar la edad de imputación de los menores, que ahora está en 14 años, el conseller se ha mostrado prudente y cree que se tiene que reflexionar con calma y tener muchos elementos en cuenta, no solo el de la seguridad. En esta línea, el conseller no ha querido contradecir a la consellera de los Feminismos, Tània Verge, que se mostró en contra de rebajar esta edad después de los muchos casos de agresiones sexuales hechas, presuntamente, por jóvenes de menos que 14 años que no pudieron ser imputados.