Que el Mobile World Congress no tenga dudas de que Barcelona tiene que ser durante muchos años su casa pasa también por la seguridad que desde Catalunya se ofrezca a los miles de congresistas que durante cuatro días invaden nuestro país en una de las ferias más importantes y que mueve más dinero de todo el mundo. Las repercusiones que tiene a escala de dinero que se queda en la ciudad de Barcelona y casi al conjunto del área metropolitana de la capital del país también es mayúsculo y hace que todo el mundo destine todos los recursos posibles para evitar que la inseguridad sea un problema para el MWC. Ni las amenazas más graves, como un posible atentado terrorista, ni tampoco la delincuencia de baja intensidad, pero muy molesta, como los hurtos y robos.
Los Mossos d'Esquadra, sabedores de esta importancia, despliegan durante los días que dura el congreso un dispositivo de máximos, el más importante que se hace durante todo el año. Dirigido desde la región policial Metropolitana Sur y el comisario Miquel Esquius, los Mossos activan un Centro de Coordinación (CECOR) en la misma feria donde se sigue en todo momento la evolución del acontecimiento.
Desde el CECOR con los máximos mandos del cuerpo y de las unidades especializadas como la Brimo, los medios aéreos, la Canina, Tedax e incluso el GEI, se dirige un dispositivo que es integral y poliédrico. Sirve para dar seguridad al recinto, a las personas VIP que lo visitan y también, a toda el área de influencia, a los congresistas. Desde que llegan al aeropuerto del Prat hasta que vuelven a subir al avión. Cuando salen del recinto de Gran Vía de Fira de Barcelona hasta que hacen cenas y encuentros en otros puntos de la ciudad.
Los policías del Mobile que no se ven
El dispositivo que menos visible es, y así tiene que ser, es el que despliegan los agentes de paisano de los Mossos d'Esquadra para prevenir robos en la zona más próxima al recinto del MWC23. Bajo el mando del sargento jefe del grupo Fura del Hospitalet de Llobregat, con la colaboración de los agentes de paisano que normalmente patrullan los transportes públicos del ámbito metropolitano, saturan con casi veinte agentes camuflados el entorno de la Fira de Barcelona. El objetivo no es otro que evitar robos echando y deteniendo a los ladrones. Las estadísticas históricas de estos tipos de congresos detallan que la mayoría de hurtos que se cometen son por distracciones y hay muy pocos que son con violencia.
Los datos otros años también ponen de relieve que si bien el ladrón autóctono —nacional o extranjero, pero que trabaja por la zona de L'Hospitalet— sabe que la zona está muy saturada y que cuesta robar, los Mossos detectan la llegada a la ciudad de baterías de ladrones de otros puntos de España y del extranjero, la mayoría originarios de países latinoamericanos, que se desplazan para hacer el agosto en el Mobile.
El objetivo de los agentes de paisano de la policía catalana, que este martes, cuando ElNacional.cat los pudo acompañar, tenían una veintena de agentes desplegados por la zona, es pillar a los ladrones antes de que cometan los robos y así evitarlos. Lo que se quiere evitar son grupos organizados, que preparen o hagan vigilancias para robar a congresistas en salidas de restaurantes u hoteles. El ladrón solitario, especialista en aprovechar descuidos, puede ser más complicado de cazar en caliente, pero los Mossos quieren que no haya sensación de impunidad y que haya grupos de ladrones a la caza de los despistados visitantes del Mobile.
El ojo clínico de los agentes de paisano de los Mossos
Los agentes del grupo Fura tienen ojo clínico. No siempre aciertan, pero algunos detalles que a ojo humano pasan desapercibidos son clave para identificar a ladrones o posibles ladrones. Durante el rato que acompañamos a los hombres y mujeres del sargento, identifican a varias personas y hacen seguimientos discretos a otras. En la estación de Metro, llegando al Mobile, unos agentes del grupo de transportes públicos detectan a dos mujeres, dos bosnias, las dos con órdenes de detención e ingreso a prisión. Iban dirección al congreso, presuntamente, a robar. Otro hombre es detectado por los agentes de paisano. Lo identifican y decide marcharse de la zona de entrada de la Feria, pero se cuela en el centro comercial Gran Vía 2. Allí roba una chaqueta. Poco se lo pensaba que llevaba a dos agentes de los Mossos tras él. Denunciado. No acaba detenido, por el valor de la chaqueta, que no supera los 400 euros, y podrá seguir su jornada. También seguirá la jornada de los policías que los tienen que cazar.
De momento, el Mobile está siendo tranquilo. Durante la primera jornada las denuncias por hurtos no llegaron a la veintena. No solo en la zona del congreso. En esta estadística se suman todos los hechos delictivos contra personas que visiten Barcelona en el marco del Mobile. Si le roban la cartera a un congresista en Granollers, donde está alojado, sumará también al recuento de hechos delictivos del dispositivo del Mobile World Congress. "Nos puede cambiar la tendencia mañana o dentro de cinco minutos", asegura el sargento en una charla con ElNacional.cat.
El trabajo de los policías también exige combatir el desánimo de una parcela donde no tienen margen de maniobra. El primer día de congreso detuvieron a un hombre que acababa de robar a un periodista de la RAI italiana. Llevaba encima miles de euros y tenía antecedentes por robos para parar un tren. Después de ser arrestado por una tentativa de hurto fue entregado al juez, que lo dejó en libertad con cargos antes de que los agentes que lo habían arrestado volvieran a estar trabajando de nuevo.
La seguridad del Mobile es estratégica
Que el Mobile World Congress sea seguro para todo el mundo es estratégico para los Mossos d'Esquadra, quienes asume la dirección del plan de seguridad y actúa como policía integral de todo el acontecimiento. Las empresas americanas que controlan el negocio mobile piden unos umbrales de seguridad muy altos y el despliegue de los Mossos para garantizarla es muy importante. La policía catalana se toma seriamente desplegando un importante contingente de agentes y medios técnicos. Además de los agentes de la Brigada Móvil y del ARRO, que dan seguridad al perímetro, la Unidad de Drones y también está desplegada en la zona para evitar amenazas por el espacio aéreo controlado por el sistema Kuppel.
Justamente en esta línea se ha aprovechado el MWC23 para presentar la SICAM, una sala de coordinación e inteligencia policial que sirve para controlar el espacio aéreo y marítimo y que tiene previsto también incluir inteligencia artificial para hacer más ágil la respuesta de los operadores ante un incidente crítico.