Paso importante de la policía catalana. Los Mossos d'Esquadra asumirán, durante la Copa América, que arranca este mes de agosto en Barcelona, funciones de policía judicial e investigación en el ámbito portuario, algo que hasta ahora, por acuerdos políticos, era competencia exclusiva de la Guardia Civil. El acuerdo, conocido hoy, entre el departamento de Interior y la subdelegación del gobierno español en Catalunya se ha realizado en el marco de la seguridad de la Copa América de Vela, uno de los eventos más importantes del mundo en el ámbito deportivo, comparable con los Juegos Olímpicos o un mundial de fútbol, y en el que los Mossos d'Esquadra son quienes lideran el plan director de seguridad que ha permitido que sea la policía catalana quien, entre otras competencias, se encargue de estas funciones en aguas marítimas, dentro del Puerto de Barcelona.
Es la primera vez que el estado reconoce a los Mossos como policía judicial en el mar, y aunque fuentes policiales aceptan que será solo durante la celebración de esta competición, tampoco ocultan que esto marcará un precedente de cara a futuras negociaciones entre el gobierno español y el departamento de Interior para reforzar la presencia de los Mossos d'Esquadra en el mar, uno de los objetivos de la Dirección General de la Policía y que choca con los intereses de la Guardia Civil española. En el acuerdo firmado hoy entre el director de la Policía, Pere Ferrer, y el delegado del gobierno español en Catalunya, Carlos Prieto, en el marco de este plan director de seguridad redactado por los Mossos, será la policía catalana quien asumirá también, además de las funciones de policía judicial e investigación en el mar, la seguridad ciudadana, el orden público, la policía administrativa, la ciberseguridad, la protección de autoridades de Catalunya, y la policía aérea y de tránsito.
Guardia Civil en el mar y Policía Nacional, escoltas españoles
La Guardia Civil tendrá competencias y funciones de custodia del puerto y se encargará de la seguridad de los espacios donde se celebren tanto las regatas y los entrenamientos de la Copa América como del resto de actividades en el mar territorial, fuera de los puertos. La Policía Nacional se encargará de la protección de autoridades españolas y de otros estados que visiten Barcelona. Asumirán también el control de entrada y salida de ciudadanos y extranjería y darán apoyo a los Mossos d'Esquadra en funciones de seguridad ciudadana y orden público, si es necesario.
La Guardia Urbana de Barcelona también forma parte de este gran plan de seguridad, un reto para la capital de Catalunya, y se encargará de la regulación del tráfico, del acompañamiento de los desplazamientos de las autoridades en la ciudad, de las funciones de policía administrativa y del control y la vigilancia de los espacios públicos del entorno de la Copa América. La Policía Portuaria también tendrá un papel en este plan de seguridad con las funciones que le son propias. Todos los cuerpos operativos y de emergencias que trabajarán de manera coordinada y bajo la dirección de los Mossos en el dispositivo de seguridad de la Copa América se sentarán juntos en el CECOR que se instalará durante la celebración del evento.
La apuesta de Mossos sale bien
La dirección de los Mossos recuerda que es un evento de una relevancia global, pero también supone un reto para los cuerpos policiales y de emergencias debido a su complejidad, ya que se trata de un evento deportivo que se extiende durante dos meses y medio, afecta los espacios de tierra, mar y aire, en una ciudad como Barcelona, en período estival y dándole a espacios como el mar un uso diferente del habitual. Los Mossos d'Esquadra llevan meses trabajando con este plan director que hoy ha recibido luz verde de acuerdo con el Estado. Durante este tiempo la policía catalana ha reforzado su presencia en el mar, con más embarcaciones, aeronaves y agentes de la Policía Marítima y la Policía Aérea y también con simulacros antiterroristas con la participación del Grupo Especial de Intervención (GEI) en la zona del Puerto de Barcelona. La competición arrancará el día 22 de agosto y finalizará el 27 de octubre, en Barcelona.