El Parlament de Catalunya todavía está a medio gas, hasta después de la Diada no se acaba de activar al 100%, pero algunas comisiones han empezado a reactivarse después del paro del verano y una ha arrancado este viernes, la que estudia, o tendría que estudiar y analizar, el Modelo Policial de Catalunya. Lo ha hecho con la comparecencia del comisario de la Prefectura, Eduard Sallent, uno de los ideólogos de la nueva estructura que la policía de Catalunya quiere sacar adelante, haciendo cambios de fondo importantes en los organigramas de los Mossos d'Esquadra, para encarar el cuerpo hacia el futuro y estar preparado por los cambios de paradigma, sobre todo, en el ámbito digital.

Sallent, hombre fuerte de la Prefectura y el comisario con quién la dirección política de los Mossos d'Esquadra confía para llevar a cabo esta reestructuración de los Mossos, ha detallado en sede parlamentaria el modelo de orden público catalán y también ha puesto sobre la mesa cuáles son las vías hacia donde tiene que avanzar, justo ahora cuando hace 30 años de la creación de la Brigada Móvil (Brimo). Desde el inicio de esta especialización, que es una de las funciones nucleares de la policía, el orden público catalán se ha centrado en la distancia y la movilidad, un modelo, ha asegurado al comisario, que ha quedado sobrepasado por las nuevas formas de protesta, y que, por lo tanto, ha caducado.

Treinta años de modelo de distancia y movilidad

Desde 1992, con la creación de la Brimo, y pasando por las diferentes etapas que ha vivido esta unidad, los Mossos d'Esquadra han evolucionado este modelo, yendo ganando peso cuando se han ido asumiendo, durante estos tres décadas, competencias y la gestión del orden público en la ciudad de Barcelona. Han cambiado las herramientas, las estrategias y los sistemas de trabajo, pero, durante todo este tiempo, según el comisario de los Mossos, se ha mantenido intacto el modelo de "distancia" y "movilidad" de los equipos de orden público, que buscaban evitar el cuerpo en cuerpo con los manifestantes violentos y disponer de mucha capacidad de movilidad por toda la zona de conflicto.

El comisario Sallent, al lado de la presidenta de la comisión, Dolors Sabaté (CUP) / Carles Baglietto

En las diversas etapas que se han vivido en la gestión del orden público en Catalunya, Sallent ha asegurado que en la última, la que se inicia desde octubre de 2017, cuando la protesta cambia definitivamente, tal como ya se había ido detectando desde el año 2013, las protestas han dado un salto que han dejado en estado caducado el modelo de distancia y de movilidad y que hay que trabajar para reformular el modelo.

Aunque no ha detallado hacia qué modelo se tendrá que adelantar, que tendrá que ser el Parlament quien lo tendrá que detallar y pedir aplicar, sí que ha asegurado que tendrá que pivotar sobre tres ejes. La eficacia, la legalidad, y, sobre todo, la legitimidad. Solamente con consensos sociales, asegura Sallent, se puede construir un nuevo modelo de orden público en Catalunya. No únicamente en cómo tiene que hacer frente la policía a los disturbios, sino también en marcar los límites del "desórdenes" que, como sociedad, se está dispuesto a tolerar. Solamente así, con un acuerdo mayoritario de la sociedad en el modelo y los límites, el modelo de orden público recibirá la validación y la legitimación por parte de la sociedad.

El comisario Eduard Sallent tampoco ha entrado en el debate de qué herramientas tienen que utilizar las unidades de orden público de la policía catalana. Ahora mismo, así lo ha recordado, solo disponen de lanzadoras de foam, después de la eliminación de las pelotas de goma, para garantizar la distancia, pero las herramientas son un punto más de todos los que conforman la puesta en práctica del modelo, y que eso tendrá que ser un debate posterior.

La intendente Bosch, en primer plano, ha acompañado Sallent al Parlamento / Carlos Baglietto

El que sí que ha adelantado Sallent que tendría que incorporar esta reformulación del modelo de orden público por parte de la policía de Catalunya tiene que pasar por una hibridación entre las unidades especializadas en orden público con unidades como la mediación o las mismas unidades de seguridad ciudadana, trabajando la interlocución con los manifestantes y también la prevención. Al mismo tiempo, también se apostará por la mejora tecnológica, a que permite mejorar, con las imágenes en directo, la toma de decisiones, y también buscando ser más quirúrgicos en la actuación y mejorando la obtención de la prueba contra los alborotadores. Sallent no esconde, tampoco que en este nuevo modelo, se tendrá que perfilar mejor la transparencia y el rendimiento de cuentas a la ciudadanía.

Más intervenciones de la comisión del Modelo Policial

Este viernes, siguiendo el guion marcado por los grupos parlamentarios que forman parte de esta comisión de Estudio del Modelo Policial, también han comparecido el intendente Miquel Hueso, jefe de la Comisaría General de Recursos Operativos, quien comanda los antidisturbios y otras unidades de intervención, y su subjefe, el también intendente Antoni Sánchez. Durante la jornada de hoy también ha intervenido la intendente Mònica Lluís y el intendente Josep Antoni Saumell, la jefa de la Comisaría General Técnica de Planificación de la Seguridad y su subjefe. Sobre todo hoy, las explicaciones se han centrado en el modelo de orden público, siguiendo con las pautas marcadas por el comisario Eduard Sallent.

Una comisión de la cual se espera muy poco

La comisión ha escuchado a varios expertos en seguridad y también técnicos, además del comisario jefe, Josep Maria Estela, y el mismo conseller de Interior, Joan Ignasi Elena. Al finalizar la comisión, después de todas las intervenciones, que se espera que sea antes de acabar el año, los grupos parlamentarios tendrán que presentar sus conclusiones y consensuarlo con el resto de partidos, para después trasladarlo al Govern y concretamente, al departamento de Interior, desde el Parlament.

Una comisión parecida fue la que prohibió el uso de pelotas de goma a la policía de Catalunya hace años. No se espera, sin embargo, que la comisión que se ha puesto esta legislatura en marcha, en parte contrapartida por la votación de la CUP a Pere Aragonès, sirva de mucho. Interior ya hace tiempo que trabaja en una nueva ley de la policía, incluso, antes de haberse acabado esta comisión.