Hay 3.000 terroristas potenciales en Europa, muchos de ellos en Barcelona, los cuales los policías que patrullan habitualmente por la calle, que son los que los pueden identificar y detener no saben quiénes son. Es la lista de sospechosos de la Europol, que se ha hecho con la colaboración de los investigadores de todos los cuerpos policiales. Paradójicamente, sin embargo, los policías de calle no tienen acceso a ella. Y la Europol tampoco tiene acceso directo a las identificaciones rutinarias que hacen las patrullas y, por lo tanto, no hay control de si se identifica un presunto terrorista buscado o no.
Es una de las disfunciones de la lucha antiterrorista, y uno de los temas que se han tratado en las jornadas que han hecho en Barcelona 196 policías de toda Europa agrupados en la organización de sindicatos policiales Eurocop. Ahora mismo su presidenta es catalana, mossa d'esquadra y ha impulsado la entrada de las policías autonómicas a la Europol al mismo nivel que la policía española y la Guardia Civil.
Àngels Bosch destaca que en Catalunya, y con respecto a los Mossos d'Esquadra, el nivel de prevención e inteligencia sobre terrorismo es bueno. "La información fluye mejor", dice, aunque los investigadores tienen que esperar entre uno y dos días a recibir o confirmar información de la Europol. "El problema es la reacción", asegura. Primero, porque los Mossos se encuentran en situaciones que no se han visto nunca hasta ahora. El tipo de atentados son imprevisibles, como lo fue el de Niza con un camión embistiendo centenares de personas.
A eso se añade la dificultad que las patrullas de calle pueden tener ante ellos un terrorista y no saberlo. Porque la base de datos de Europol es exclusiva para un nivel de policías.
En la base de datos hay más de 3.000 personas identificadas que han ido a combatir a Siria, que se han radicalizado y que son terroristas potenciales. De la misma forma, si hay identificaciones en Catalunya de personas fichadas en esta lista, Europol no se entera porque el policía de seguridad ciudadana hace su atestado habitual, que está fuera del ámbito de la lucha antiterrorista.
"Sin la colaboración de los estados miembros eso es imposible", dice Àngels Bosch, refiriéndose al acuerdo que tendrían que haber de los gobiernos, a todos los niveles, para garantizar un intercambio de información rápido y eficaz. Con todo, la coordinación ha mejorado a nivel transfronterizo. Hay oficinas de coordinación entre Francia e Italia.
Ahora mismo la cuna terrorista está en Francia y Bélgica. Es donde hay más terroristas potenciales, y por eso las autoridades de estos dos países han sacado el ejército a la calle, porque no tienen los suficientes efectivos policiales. Este es el otro problema: la falta de efectivos y de medios.
"La delincuencia no tiene fronteras. Que tampoco las haya en la policía", observación Àngels Bosch que reivindica un plan de formación unitario para todas las policías europeas.
En Catalunya, y en concreto en Barcelona, el riesgo de atentados es el mismo que en toda Europa. La policía alemana sabe que hay combatientes dispuestos a atentar donde les digan, ya sea aquí o fuera. De hecho, Bosch recuerda en declaraciones a El Nacional la operación que frustró el atentado terrorista en el metro de Barcelona aunque nunca se acabaron de encontrar los explosivos.
La alerta 4 antiterrorista ha hecho que se haya reforzado la presencia policial en las infraestructuras. Hay mossos uniformados y también los hay de paisano. Nada se minimiza internamente, a pesar de que de puertas a fuera no se quiera dar una imagen de alarmismo y se intente hacer creer que la aparición de la Sagrada Familia en un mensaje de Daesh no es nada.