La bioquímica bilbaína Ana María Lajusticia ha muerto este jueves a los 100 años en Barcelona. Pionera en introducir el magnesio como complemento en la alimentación, es la creadora de un negocio de distribución de productos dietéticos en torno al magnesio. El fallecimiento lo ha comunicado la compañía a través de un mensaje en redes sociales. "En este día, lamentamos profundamente el fallecimiento de Ana María Lajusticia a la edad de 100 años. Despedimos con amor y profunda admiración a esta excepcional científica, pionera en introducir el magnesio como complemento clave en la alimentación", ha detallado la empresa, dirigida actualmente por Anna Solé, persona de confianza desde hace más de 30 años de Ana María, y su hijo Manel Feliu Lajusticia, fundador y presidente de Distribuciones Feliu, SL.

Química pionera 

Ana María Lajusticia nació a Bilbao en 1924 y en 1947 se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid: "Anduvo entre las primeras promociones de mujeres químicas en España, con resultados brillantes", aseguran. Con solo 43 años le diagnosticaron diabetes tipo II. Tal como explica su web, su alimentación "era muy deficiente" y carencia de aportaciones proteínicas y vitamina C. Hacía 20 años que vivía en un corsé ortopédico con dolores propios de la artrosis. Tenía rampas, infecciones, arritmias, problemas a las espaldas y dificultades para respirar. Además, también abusaba de la ingesta de hidratos de carbono y las verduras que comía eran pobres en magnesio. En este momento adivinó la tecla, e investigó la manera en que podría mejorar su vida con un cambio de dieta añadiéndole el magnesio.

Gracias a una variación en la dieta y a un incremento significativo de la aportación de magnesio, su vida cambió, y con 52 años pudo dejar de utilizar el corsé que había tenido que llevar durante 21 años a consecuencia de un accidente. Su supuesta curación convirtió a la científica en la precursora del magnesio en la alimentación, así como otros elementos que aseguraba que eran beneficiosos para la salud, pese a no existir ninguna evidencia científica. En 1980, fundó la marca de complementos alimenticios que lleva su nombre y su imagen en el logotipo, cuyo objetivo es ofrecer "aquellos nutrientes difíciles de encontrar en la alimentación actual, a través de formulaciones químicas específicas a precios asequibles, buscando siempre lo mejor para el consumidor". La empresa llegó a facturar 11 millones de euros en 2015. 

Uno de los productos de la marca Ana María Lajusticia

 

Además, también ha publicado doce libros, entre los que destaca El magnesio, clave para la salud, editado en 1979 y traducido al francés, alemán, holandés, polaco, checo, inglés y chino, y del cual en el mismo año se llegaron a hacer siete ediciones. Otros de sus libros más destacados son La artrosis y su solución, Dietas a la carta, Los problemas del adulto, Alimentación y rendimiento intelectual y Colesterol, triglicéridos y su control. Ana María, que deja un legado imborrable con una compañía afianzada y sólida, tenía la ilusión de ser recordada como una persona que intentó que la gente tuviera buena salud y que fuera feliz.