El karaoke es uno de los inventos más celebrados en el Japón, con millones de fanes y de usuarios, y también en todo el mundo; personas que se sienten felices de poder emular a sus cantantes preferidos con un micrófono a la mano, una pantalla con la letra de la canción y la música sonando por los altavoces. Alguien tuvo esta gran idea y este fue Shigeichi Negishi, un ingeniero japonés que fabricó el primer prototipo de karaoke, y que ahora se ha sabido que murió a los cien años. La muerte se ha conocido por un tuit de Matt Alt, escritor que entrevistó a Negishi para su libro Como Japón hizo en el mundo moderno. Con un reflexivo mensaje, Alt dio a conocer la muerte de Negishi, que en realidad ocurrió el pasado 26 de enero, según informó The Wall Street Journal. "Adiós a otra leyenda: Shigeichi Negishi, inventor del karaoke, murió a los 100 años. Al automatizar el canto, se ganó la enemistad de los artistas que veían su máquina como una amenaza para sus trabajos. Es un inquietante precursor del debate en torno al impacto de la IA a los artistas actuales", dice Matt Alt enel post que colgó en la red X (antes Twitter). En Japón es habitual que las muertes de figuras públicas, como ha pasado recientemente con Akira Toriyama, creador del Dragon Ball, se den a conocer un tiempo después del momento en que sucede en deceso, para que las familias puedan vivir su luto. Su hija, Atsumi Takano, explicó en medios locales que su padre sufrió una caída y que murió por causas naturales a causa de su avanzada edad.
Un invento por dejar de desafinar
Según explica el Daily Mail, Negishi era el propietario de una empresa electrónica en Japón, y un día escuchó cantar a un compañero, pero no debió hacerlo mucho bien, porque al comentarle que desafinaba, este se excusó que no contaba con la música de fondo, y por eso no podía afinar correctamente, a pesar de que algunas informaciones apuntan que fue al revés, que el que cantaba era Negishi. En cualquier caso, a partir de aquella idea, el ingeniero encontró una solución. En 1967 presentó su invento, la máquina Sparko Box, considerada el primer karaoke de la historia por la Asociación de Industriales de Karaoke del Japón, del que vendió 8.000 dispositivos a su país, y sirvió de inspiración para que otras compañías lanzaran sus propios productos, que con el tiempo fueron cada vez más sofisticados. La máquina de Negishi tenía un micrófono y la letra de la canción se podía leer en un pequeño libro. Este invento provocó una controversia con los cantantes de la época, que temían quedarse sin trabajo, pero no fue así. Lo que consiguió Negishi es convertir el karaoke en uno de los reyes del ocio y el entretenimiento en Japón y a todo el mundo, con toda una cultura propia que mueve millones. La polémica, sin embargo, acabó pasando factura al ingeniero, que dejó de fabricar karaokes, cansado también de pelearse con los músicos y asumiendo el mantenimiento de cada máquina.
Nunca patentó su invento
El invento, sin embargo, no comportó una fuente de ingresos para Negishi, porque nunca llegó a patentar su dispositivo. Así, su idea fue copiada por los otros sin que él tuviera ningún rédito económico. Su hija, sin embargo, aseguró que esta cuestión de la patente nunca preocupó a su padre, que murió completamente satisfecho al ver cómo el mundo disfrutaba con su invento. "Sentía mucho orgullo al ver que su idea evolucionaba hasta convertirse en una cultura de diversión a través de canciones a todo el mundo", dijo Atsumi Takano.