La causa de la muerte de una anciana atropellada por un patinete eléctrico en Esplugues de Llobregat fue una distracción. Según un testigo visual de los hechos, que se produjeron durante la segunda semana del pasado agosto, el vehículo circulaba bastante por debajo de los 30 kilómetros por hora y un momento de descuido del conductor hizo que no pudiera evitar chocar con la víctima, que se cayó golpeando la cabeza con el suelo.
Juan -que prefiere no dar su nombre real- se encontraba en escasos metros del sitio donde se produjo el atropello. Como hace habitualmente, el hombre se había reunido con un grupo de amigos en uno de los bancos de la rambla del Carme para romper la charla. Alrededor del mediodía, Juan vio cómo pasaban dos jóvenes -uno de 19 años y el otro también mayor de edad- sobre un patinete eléctrico apenas a un metro del banco. Uno de los chicos iba sentado cerca del manillar y el otro conducía el vehículo de pie detrás de su compañero.
"Iban prácticamente parados y miraban alguna cosa en el móvil", explica este vecino de la zona. Los jóvenes también vivían por los alrededores y era habitual verlos en patinete bajando a toda velocidad por la rambla del Carme.
Unos dos bancos más abajo, a la altura del número 37, la víctima paseaba como de costumbre. "Siempre la veías de aquí hacia allí con su andador", señala Pedro, un amigo y vecino de la misma escalera que la mujer. La anciana de 92 años era viuda y viva sola en una de las calles próximas a la rambla del Carme. "A pesar de la edad se conservaba lo bastante bien. No quería a nadie en su casa para ayudarla", recuerda en Pedro dibujando una sonrisa.
Aquel día, como tantos otros, la mujer había decidido salir a dar una vuelta sin su andador. Andaba rambla abajo cuando el conductor del patinete se distrajo, apartando la mirada de la vía. "El chico giró la cara sólo un momento y antes de darse cuenta ya había chocado", señala a Juan. El joven reaccionó rápido e intentó coger a la anciana mientras caía, sin éxito.
La víctima se dio un fuerte golpe a la cabeza pero no sangró en ningún momento. Según ha adelantado El País y confirman varios conocidos, la mujer tomaba pastillas de Sintrom, un medicamento anticoagulante. "El chico se mantuvo todo el rato con la anciana. No la soltó hasta que vino la ambulancia", explica Juan.