"Lo que me hicieron no era humano, me torturaron y me decían cosas en la oreja que ni entendía. Y cuando pedí ayuda fue peor. Mi mundo cayó; no me fiaba de nadie." Es lo que ha declarado Ignacio Andrés ante la Audiencia de Barcelona, que, este lunes, ha empezado el juicio a un cabo y tres agentes de los Mossos de Esquadra, a quien la Fiscalía pide 8 años y medio de prisión y 16 años de inhabilitación por haber agredido y detenido de forma ilegal a este joven con la agravante racista, el 13 noviembre de 2020 en Ciutat Vella, con el toque de queda en vigor por la covid-19. También se les acusa de falsear un atestado policial, donde aseguraban que al joven, alterado, les agredió. El juicio ha empezado con el visionado del vídeo, donde se han oído los gritos desesperados pidiendo ayuda de la víctima, además de insultar a los agentes y acusarlos de torturarlo. La autora del vídeo, una vecina del barrio, ha asegurado al tribunal que la actuación de los Mossos fue "muy violenta", especialmente la del cabo. "Le causaron dolor extrema. Como le manipulaban el cuerpo a tierra", ha asegurado y que lo mantuvieron así quince minutos, según la testigo. La vecina también ha indicado que la policía catalana le hizo borrar los vídeos. Los dos amigos del detenido también han ratificado la polémica detención de los agentes.
El joven, que ha declarado protegido por una mampara, ha explicado que aquella noche primero les paró a una patrulla de Mossos, y que "educadamente" les dijeron que fueran rápido en su casa por el toque de queda de la pandemia. Cuando iban por la calle Nou de Dulce, a Ignacio Andrés y a sus dos amigos los detuvo una segunda patrulla de la policía catalana, que los puso de cara la pared. La víctima ha indicado que el cabo llegó "alterado" y él le reprochó que tenían que ir a buscar a un chico que los había sacado 5 euros. "El cabo se molestó y me dijo que no era adivino, me dio dos golpes en la cara, que me deja aturdido, y me tiró al suelo", ha explicado el joven.
Dientes afectados
A preguntas del fiscal ha negado que agrediera a ninguno de los cuatro agentes. "Estaba en el suelo y me movía, me sentía vulnerable", ha afirmado el joven, que también ha explicado que ahora ha entendido los insultos. Fue detenido y conducido en comisaría de les Corts. "No podía confiar en nadie", ha insistido el chico, cuando se le ha preguntado por lo que dijo a la forense, en que estaba angustiado. La vecina ha ratificado que el caporal lo tiró y le dio con la cabeza al suelo, hecho que le provocó la caída de un diente, y después ha tenido más problemas en la boca.
Nulidad de un vídeo clave
Antes, en el turno de las cuestiones previas, las defensas de los agentes han pedido al tribunal de la sección 7.ª de la Audiencia de Barcelona que expulse del juicio el vídeo que los incrimina. Han detallado que este vídeo "ha sido editado y manipulado", según un informe de los Mossos. Precisan que el vídeo se colgó a Instagram y dura 13 minutos, unos 2 minutos más que los seis vídeos originales de la agresión que grabó la vecina. Añaden que la testigo ya no tiene una parte de los originales de los vídeos y no se ha aportado a la investigación, y por eso piden que no se tengan en cuenta como prueba. El presidente del tribunal, José Grau, ha rechazado expulsar el vídeo al asegurar que "no es una prueba ilícita" y, por lo tanto, no se ha vulnerado ningún derecho fundamental, como alegaban.
Además, los abogados defensores también han detallado que los agentes han aportado 850 euros cada uno en la cuenta del juzgado para cubrir los 3.400 euros que la Fiscalía les reclama como responsable civil para el joven agredido. Con esta acción, los agentes, si son condenados, quieren obtener una atenuante de reparación de daño. El presidente también ha afirmado a las defensas que si quieren que cuente como atenuante, las cantidades no serán devueltas, y los agentes lo han aceptado. Irídia pide que se le indemnice con 20.000 euros.
Las penas pedidas
En concreto, la Fiscalía pide a cada a uno de los agentes 4 años de prisión por el delito de falsedad documental; 3 años de prisión por el delito de lesiones; 6 meses de prisión por el delito de detención ilegal, y 18 meses de prisión por el delito contra la integridad moral. La acusación popular, ejercida por Irídia, eleva la petición de castigo hasta 15 años de prisión y 22 de inhabilitación para cada uno de los cuatro agentes.
El Departament de Interior suspendió de empleo y sueldo durante un año y medio al cabo, acusado de dar unas bofetadas y de retener en el suelo al joven, además de elaborar un atestado falso que los había agredido.
En la primera sesión, las acusaciones, particular y popular -por parte de Irídia-, han pedido que no se admita una pericial presentada por un agente porque es elaborada por un exagente de la policía catalana y que no tiene la titularidad adecuada.
La primera sesión del juicio se ha acabado a las dos y cuarto del mediodía y continúa este martes con la declaración de más testigos. Los agentes acusados declararán al final del juicio, que se prevé este jueves.