A 1.000 metros de altura se puede grabar perfectamente una matrícula y ver si alguien habla con el móvil. Se ve nítidamente y sin problemas desde el helicóptero del Servei Català de Trànsit. Es un helicóptero con un piloto y dos mossos que van a la caza de infractores al volante. La cámara capta las imágenes y toman nota de las matrículas para tramitar las sanciones. Ahora lo hacen manualmente, pero en julio ya tendrán preparado el radar que disparará multas directamente desde el aire. Ahora mismo está en Madrid. Están homologando la cámara para que pueda multar directamente los excesos de velocidad. Lo podrá hacer sin Mossos dentro del helicóptero. El piloto sólo podrá activar el dispositivo y la cámara hará el seguimiento de los coches sola.
A la caza del infractor
Nos elevamos a las 8:09 de la mañana, desde el helipuerto del Servei Català de Trànsit en el Puerto de Barcelona. Vamos hacia la B-23 y empezamos a buscar motos que hacen zigzag y adelantamientos no permitidos. Es la operación Slalom. La cámara que todo lo ve va distinguiendo a los motoristas y alerta al control que hay a pie de carretera. Se hace un seguimiento por aire: se capta al infractor, se hace una descripción del vestuario y la moto y el control de tierra lo para. La operación acaba con cuatro multas. Todas en la retención de la B-23, en la entrada de Barcelona, por l'Hospitalet de Llobregat.
Recorremos la autopista AP-7 y vamos hacia Vilafranca. Encontramos hasta tres conductores manipulando el móvil. Uno habla y acaba la conversación justo cuando estamos encima suyo grabándolo. Se ve perfectamente. Otro va completamente distraído. Con la cabeza vuelta hacia el móvil que lleva en la mano derecha. "Está escribiendo alguna cosa", dice el mosso que controla la cámara.
Sobre las ocho y media de la mañana hay algunos camiones por la autopista. Los camioneros son más de hablar por teléfono y los conductores de coches, más de whatsapp, según los mossos que los observan cada día desde el aire. "Nos ven, eh. Muchos miran hacia arriba y nos señalan", dice el agente sin apartar la mirada de la pantalla. El mosso ha visto de todo. Pocas cosas le sorprenden ya, pero algunas se le quedan grabadas en la memoria: "Recuerdo una grabación de una coducción temeraria. Un BMW por la N-340, yendo de derecha a izquierda y a contradirección". También explica que a más de 1.000 metros de altura cuando ve el acccidente de una moto sabe que es grave porque "cuando la moto cae al suelo la carrocería es el cuerpo del motorista".
El helicóptero sigue el curso de la autopista AP-7 y vuelve a Barcelona por la N-340. Envía las imágenes instantáneamente con el sistema 4G al Civicat, la sala de control del Servei Català de Trànsit desde donde se tramitarán todas las multas.
Distracciones y velocidad, letales
De cara a este verano se preparan más vuelos sancionadores y más controles desde el aire de distracciones y excesos de velocidad. Los datos del 2015 del Servei Català de Trànsit delatan un relajamiento de los conductores. Hay más accidentes y con más muertos y las causas son claras: distracciones y velocidad. Entre las distracciones, el móvil es el principal culpable. Y desde hace tres años, coincidiendo con la plena implantación del whatsapp, se ha notado un incremento de accidentes a causa de la manipulación de los móviles inteligentes. Un 31% de los muertos y heridos graves en las carreteras ha sido a causa de estas distracciones. En total, los muertos en las carreteras han subido a un 13'5% el último año. Ha habido 261.
La ofensiva de Trànsit para combatir la situación, aparte de las campañas de sensibilización, pasa por los radares. El del helicóptero es uno de los 9 radares móviles nuevos que se pondrán en funcionamiento este año. Además se instalarán 19 más por tramos. 10 estarán operativos ya este verano y 9 más a finales de año. Actualmente hay 187 radares fijos en las carreteras de toda Catalunya.