Lo sabía todo. Margarita Garau, la madre de Nadia, la niña que sufre tricotiodistrofia, sabía que les perseguía la policía y también que, por eso, su marido, Fernando Blanco, estaba organizando la huida de la familia. Así lo ha revelado hoy Espejo Público, que ha tenido acceso a las llamadas pinchadas por la policía entre la pareja.
"Al ver que me perseguía la policía, me he escondido en el Carrefour de Puigcerdà, y he visto cómo las patrullas policiales pasaban de largo. A partir de este momento, he empezado a circular por carreteras secundarias", explicaba por teléfono Blanco a Garau. También le pedía en varias ocasiones que borrara sus WhatsApp.
En otra llamada, le dice que "primero te llamaré al fijo, después cuelgo y te llamo al móvil". "Vale", le respondía ella. Incluso, la misma mañana que acabaría con sus detenciones, el padre aconseja a la madre llamar a este programa de Antena 3 para denunciar la desaparición de su marido.
La policía asegura en su informe que la pareja "tomaba numerosas medidas de seguridad al hablar por teléfono vía Internet", así como para coger rutas alternativas a la hora de viajar con sus vehículos.
El papel de la madre
La cosa, sin embargo, no acaba aquí. La madre tenía un papel más protagonista de lo que parece en toda esta historia.
En un mensaje a su hermano, le pedía: "no hables más con el diario El País, no cojas ninguna llamada en que aparezca un número largo y avisa a... ¿A quién crees más? ¿Al diario o a tu hermana? De acuerdo que nos engancharon por aquello de París, Houston y... Pero los médicos no son médicos, son científicos que han desaparecido viendo las noticias".
De hecho, según el sumario, los padres "vivían de las donaciones" y, del medio millón de euros conseguido con ellas, sólo gastaron 2.000 euros en la niña.
Caen las donaciones
El escándalo de este caso de estafa no ha dejado indiferente a nadie. Cosas como estas acaban pasando factura, y no precisamente a quien comete el delito. Isabel Lavín, una financiadora del Instituto de Investigación del Hospital de la Vall d'Hebron, asegura que las pequeñas fundaciones familiares ya están notando el efecto Nadia.
"El caso está teniendo una repercusión brutal, nos han bajado completamente las donaciones, cuando normalmente sería todo lo contrario ahora que se acerca la Navidad", pone sobre la mesa, al mismo tiempo que recuerda que "a quien más perjudicará el caso es a estas poquísimas familias desesperadas que intentan llevar a su hijo a un hospital de fuera de España".