El macrooperativo desplegado por los Mossos d'Esquadra este martes contra el narcotráfico en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha dejado 39 detenidos. La operación Popeye ha empezado a primera hora de la mañana y en total se han realizado 37 entradas en una decena de municipios. En el dispositivo policial han participado unos 600 agentes, en una colaboración entre la División de Investigación Criminal (DIGO) de los Mossos y la comisaría de Sant Martí.

La mayoría de registros -que ha dirigido el juzgado de instrucción 5 de Barcelona- se han producido en l'Hospitalet de Llobregat y en el barrio del Besòs de Barcelona en el marco de una investigación que se inició nueve meses atrás. El objetivo de la actuación policial era desmantelar la red de distribución y tráfico de cocaína y marihuana que había arraigado en la AMB.

Uno de los puntos calientes de esta operación era la detención de un narcotraficante conocido con el alias de Popeye, que daba nombre al dispositivo desplegado este martes. Este hombre, de unos 50 años, era muy conocido en el barrio del Besòs por su parecido con el personaje de dibujos animados. La policía lo ha detenido cerca de su domicilio en la calle de Cristóbal Moura en su confluencia con la Rambla de Prim, una de las grande arterias que vertebran esta zona de la ciudad.

A la vecina plaza dels Germans Serra también se ha producido el arresto de un hombre de 60 años que vivía en uno de los pisos del número 6. En el domicilio del detenido, la policía ha decomisado dos pistolas cortas, dinero en efectivo y cantidades que no han trascendido de cocaína y marihuana. En este punto, se han vivido algunos momentos de tensión con dos hijos del narcotraficante, que se han enfrentado y han increpado a la prensa.

También se han realizado entradas en las localidades de Esplugues de Llobregat, Sant Adrià de Besòs, Badalona, Cornellà, Sant Feliu de Llobregat, Sant Andreu de la Barca o Lliçà de Vall.

Aunque los detenidos son de varias nacionalidades, algunos de los miembros de esta red de tráfico y distribución de droga tienen vínculos con la organización dominicana de narcopisos en Ciutat Vella que los Mossos desarticularon a finales de octubre. Esta acabó con 55 detenciones y que movilizó a unos 700 agentes en colaboración con un centenar de efectivos de la Guardia Urbana que acordonaron casi 30 puntos de venta en el barrio del Raval de Barcelona.