Nervios, incertidumbre, reencuentros, distancia, manos y mascarilla. Así ha sido el primer día de curso para los niños y niñas de las escuelas y colegios de Catalunya. Abrazos con la mirada, sonrisas detrás de la mascarilla y muchas ganas de volver es lo que se ha visto en el colegio Lestonnac Ensenyança de Barcelona y la Escola Institut Eixample.
Un curso 2020-21 bien diferente y marcado por el coronavirus y la incertidumbre del qué pasara. 800 profesionales ya no se incorporarán porque han obtenido la baja médica al comprobar que no se podrán desplazar al lugar de trabajo. Ahora bien, las circunstancias excepcionales también piden medidas excepcionales. Precisamente por este motivo, Educació anunció ya hace semanas nuevas contrataciones. En concreto son 8.162 —5.321 de los cuales, personal docente— los que se incorporan este año. Pero no son las únicas. Los niños a partir de seis años tendrán que llevar mascarilla como mínimo las dos primeras semanas de curso porque el alumnado todavía no proviene de un grupo estable.
¿Cómo se han preparado las escuelas?
"El mes de julio empezamos con la planificación y hemos ido incorporando las actualizaciones que se han hecho desde el Departament", explicaba justo antes de la entrada de los alumnos el director de Lestonnac, Lluís Jordana. "A nivel de patios, cada grupo burbuja tendrá un espacio único, por lo tanto habrá más franjas de patios para que los grupos no coincidan" y ha expuesto que se hicieron reuniones online con las familias para explicarles los diferentes planes de apertura y retorno a la escuela. "Hemos contemplado medidas sanitarias, emocionales y académicas porque hay que tener en cuenta que el curso pasado no acabó como tenía que hacerlo". Con respecto al comedor, cada escuela se organiza de manera diferente en función del espacio y la distribución. En el caso de este centro, Jordana detalla que "en cada grupo burbuja comerán y saldrán al recreo solos. Los más pequeños comerán en las clases".
"Llegamos al inicio de curso muy ilusionados y cansados porque han sido unos días frenéticos, pero nos pueden las ganas y la ilusión", comentaba la directora del Institut Escola Eixample, Isabel Balaguer. "Un país no se puede permitir tener las escuelas cerradas y queremos contribuir a que el país funcione". En este sentido, también explicaba que "las familias están preocupadas porque reciben muchas informaciones contradictorias". "Hemos tenido 7 días hábiles para preparar el curso, hay preocupación por los grupos burbuja, comedores, como se hará el seguimiento o material que se tiene que llevar, expone. "El AMPA nos ha ayudado muchísimo a calmar la inquietud de las familias y hemos podido explicar cómo se organizará el comedor, que quizás es lo más complicado porque hay muchos grupos, pero ellos mismos hicieron una circular para acabar de tranquilizar a las familias".
Los padres, a la expectativa
A pesar de la incertidumbre la mayoría de padres y madres se consideran tranquilos y bien informados respecto de los protocolos, las entradas y las salidas de los niños y niñas en la escuela. Los pequeños, con muchas ganas de volver a la escuela, los grandes a la expectativa. "Es el primer año que es escuela pública —el Instituto Escola Eixample de Barcelona ha pasado de ser un centro concertado a público este año—, y con el coronavirus, se ha juntado un poco todo", explica Merche a las puertas de la escuela. "Antes había servicio de autocar y ahora no porque no son grupos burbuja", insiste remarcando que hay "mucha incertidumbre".
"Estamos perfectamente informados por circulares vía correo electrónico", detalla Ricardo. "Hay bastante incertidumbre porque es el primer año que vienen a la escuela y se junta con el coronavirus, a ver cómo se desarrolla todo" y pone énfasis en el hecho que para llegar hasta la escuela "hemos venido en el metro bien estrechos y no se entiende mucho que cierren teatros y vamos así". A pesar de todo, confianza en el sistema.