Buena noticia en medio de la catástrofe. Los ríos Noguera Pallaresa y Noguera Ribagorçana han abandonado la situación de alerta por sequía, si bien lo han hecho por un "escaso margen" y para entrar en la prealerta. Todo ello, mientras Catalunya batalla contra una complicada situación por falta de agua. Eso sí, hace falta tener en cuenta que la realidad es diferente para las cuencas internas que para las cuencas del Ebro, donde la sequía no afecta de forma tan violenta. Precisamente, el informe mensual de diciembre de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) revela que los embalses de la Noguera Pallaresa y la Noguera Ribagorçana están actualmente al 43,21% de su capacidad, con 653,9 hectómetros cúbicos de agua.
De estos, 378,9 hectómetros cúbicos corresponden en los embalses de la Noguera Ribagorçana (Baserca, Escales, Canelles y Santa Anna), cosa que representa el 35% de su capacidad. Mientras tanto, hay 275 hectómetros cúbicos en los de la Noguera Pallaresa (Sant Antoni, Terradets y Camarasa), que es el 65% de su capacidad. La semana pasada, los cálculos del organismo ya hacían prever el paso de la situación de alerta a la prealerta. Eso implica que las medidas de ahorro que tengan que aplicar los usuarios no serán tan severas, con la agricultura y la ganadería como principales sectores beneficiados, que ahora tendrá más margen para el riego. Entraron en estado de alerta en mayo del 2023.
En cambio, se mantiene la situación de emergencia en la cuenca del Segre por vigésimo mes consecutivo. En este caso, los embalses de Oliana y Rialb están al 30% de sus reservas conjuntas y suman 145 hectómetros cúbicos de reservas. La cuenca del Segre entró en estado de emergencia en junio del 2022, para después declararse la situación de excepcionalidad la primavera del año pasado, que obligó a cerrar el grifo de los canales de Urgell y Segarra Garrigues, un movimiento sin precedentes. La agricultura tuvo que afrontar una realidad sin riegos libres, con el agua limitada para los abastecimientos, las granjas y la industria.
El Ter-Llobregat, pronto en emergencia
Mientras que hay avances en el sistema del Ebro, el sistema del Ter-Llobregat se encuentra en una situación completamente opuesta. Aquí, las reservas continúan a la baja, y el 2024 se ha empezado con los embalses al 17%. La previsión es que esta región, donde hay seis millones de habitantes, pase de la fase de preemergencia por sequía a la emergencia en unas semanas. Los últimos años —2021, 2022 y 2023— han sido los que han registrado una menor cantidad de precipitación, una realidad que ha provocado la preocupante situación actual.