El auge del teletrabajo y la búsqueda de una mayor calidad de vida han propiciado el auge del 'flex living', un modelo de alojamiento flexible que permite estancias a medio y largo plazo, con mayor adaptabilidad que el alquiler tradicional y con una serie de comodidades y servicios incluidos.

La compañía 'proptec'h de la categoría del 'property management' homming ha analizado el perfil del usuario de flex living en España en base a sus propios clientes – el 40% de los activos que gestiona en la actualidad pertenecen a esta modalidad – y ha determinado que se trata, mayoritariamente, de nómadas digitales o trabajadores en remoto que buscan vivienda para entre tres y seis meses.

No obstante, la duración media de la estancia depende de varios factores como el tipo de inquilino, la ubicación y la oferta específica. Por ejemplo, los trabajadores internacionales o los empleados en proyectos temporales suelen necesitar duraciones algo superiores, entre los seis y los 12 meses; mientras que los jóvenes y los profesionales demandan estancias temporales relacionadas con sus estudios o sus primeros empleos, especialmente en ciudades con grandes centros universitarios o polos tecnológicos. Por último, es posible identificar un cuarto tipo de usuarios de flex living, aquellos que optan por esta opción de alquiler por motivos como mudanzas, reformas, cambios de ciudad, etc.

Asimismo, desde homming recuerdan que existen diferentes modelos de 'flex living' a disposición de los usuarios. Ejemplo de ello serían el coliving, cohousing, senior living, vacation living o corporate living, entre otros. La elección de uno y otro depende del perfil de los usuarios, las tendencias demográficas y las necesidades específicas en el mercado inmobiliario, si bien en todos ellos sus usuarios se caracterizan por buscar flexibilidad, comodidad y servicios integrados, evitando trámites administrativos asociados a contratos de alquiler tradicionales.

El potencial de este modelo de alojamiento flexible es claro para el CEO y cofounder de homming, Jorge Montero, que asegura que “el 'flex living' tiene el potencial de transformar el mercado inmobiliario, introduciendo más flexibilidad y adaptabilidad en los espacios de vida. Paralelamente, para los inversores, este enfoque puede ofrecer grandes oportunidades para maximizar la rentabilidad y atraer a una amplia variedad de inquilinos”.

Montero se aventura a hacer una estimación del número de viviendas de 'flex living' que serán necesarias en los próximos años, aunque puntualiza que es previsible que el mercado continúe ajustándose “dado el desequilibrio entre demanda y oferta en ciudades como Madrid o Barcelona”.

Así, según el CEO de homming, “en el corto plazo, en España se necesitarían entre 150.000 y 200.000 viviendas dedicadas al flex living, considerando la llegada de profesionales extranjeros; mientras que a largo plazo, unos 10 años, el mercado podría demandar más de 300.000 viviendas flexibles, sobre todo si continúa el crecimiento del trabajo en remoto, la movilidad laboral y el atractivo de España como destino para nómadas digitales”, ya que el clima, la calidad y el coste de la vida hacen del país uno de los destinos predilectos de estos trabajadores, especialmente zonas costeras como Alicante, Málaga y Costa del Sol. “Todo ello ha hecho que la demanda de este tipo de alojamientos crezca a un nivel que el mercado aún no puede satisfacer”, añade.

Este nuevo modelo de alojamiento flexible va asociado, además, a una serie de servicios como WiFi, limpieza y mantenimiento del hogar. En este sentido, José María Rincón, Cofounder de homming, explica que “los inquilinos valoran una combinación de comodidad, flexibilidad y servicios que mejora la experiencia de vida a corto o medio plazo”.

Algunos de los servicios más demandados son WiFi de alta velocidad, limpieza regular, mantenimiento destinado a solventar rápidamente averías, asistencia las 24 horas del día o seguridad y control de accesos. Es más, según Rincón, “el 'flex living' puede representar un ahorro significativo – de entre 100 y 200 euros al mes– para el inquilino en estos servicios esenciales, ya que estos suelen estar incluidos en el precio del alquiler y así evita tener que contratarlos de manera individual”.

“En ciudades como Madrid o Barcelona, el 'flex living' puede ser entre 10% y 30% más caro que un alquiler tradicional si se comparan los costes base; sin embargo, cuando se consideran los servicios incluidos, la diferencia total puede reducirse o incluso igualarse en algunos casos, especialmente si el inquilino valora la flexibilidad, la conveniencia y la ausencia de gastos adicionales; siendo especialmente ventajoso en estancias inferiores a 12 meses “, agrega.

Además, uno de los principales atractivos de este modelo consiste en contar con todos los suministros incluidos en el alquiler. “Los usuarios suelen preferir que las facturas del gas, la luz o el agua estén integradas en un único pago mensual para gestionar todo con mayor rapidez”. Asimismo, en general, los usuarios de flex living valoran disponer de una vivienda completamente equipada -incluyendo no sólo muebles, sino también utensilios de cocina, ropa de cama y otros artículos esenciales- y poder disfrutar de zonas comunes como gimnasio o espacios de coworking.

En el último año, homming indicó que ha centrado sus esfuerzos en fortalecer su propuesta de valor para el sector inmobiliario y, actualmente, ofrece optimizaciones en tiempos de gestión de los alquileres de hasta un 80%. La compañía ha integrado, además, soluciones que aceleran la profesionalización de la administración de los modelos en auge de 'flex living', como es el caso de las habitaciones, coliving, rent to rent, residencias de estudiantes, 'coworking' o alquileres temporales, entre otros.