"Los pedófilos normalizan su conducta. No ven que pueden tener un problema judicial ni que no está aceptado socialmente", dice el psicólogo forense Bernat Noel Tiffon a El Nacional. Tiffon ha trabajado con varios pederastas, algunos de los cuales han acabado entre rejas. El último, el profesor de la escuela Montseny condenado por la Audiència de Barcelona a 30 años de prisión por abusar de seis niñas de entre 6 y 8 años. Según Noel Tiffon, un pederasta "tiene distorsiones continuas respecto a la sexualidad, y los menores son su preferencia. Lo normalizan y lo banalizan".
Dependiendo del perfil psicológico del pedófilo, pueden abusar de los menores porque están en permanente contacto, como el profesor de los Maristas. O bien, si no forman parte de su entorno, los buscan, como el caso del violador del ascensor de Ciudad Lineal, en Madrid. En el caso del maestro de primaria de los Maristas, el psicólogo forense explica que tiene un "comportamiento reiterativo compatible con un trastorno de la inclinación sexual con una inclinación hacia los menores".
El juez dejó en libertad al acusado, después de su declaración el sábado. La Fiscalía había pedido que lo encerraran en la prisión mientras no se haga el juicio. Aparte del riesgo que puede suponer que el pederasta pueda reincidir y la inseguridad que puede generar en su entorno, hay otro condicionante, que es la presión mediática y la de los mismos familiares de las víctimas. ¿Cómo puede afectar esta situación al acusado? Bernat Noel Tiffon, explica que algunos detenidos piden medidas de seguridad: "Cuando hay un caso tan mediático, afecta a la vida del acusado. Hay posibilidades de que entren en una depresión, que se autolesionen o que se suiciden".
Más denuncias
Además, hay 12 posibles casos que han llegado al padre de la víctima que destapó el caso. Las víctimas tienen entre 20 y 40 años. La investigación apunta hacia un caso de abusos reiterados a lo largo de más de 35 años, todos los años que el profesor de gimnasia estuvo en los Maristas, tanto en prácticas como maestro contratado.
El padre de la víctima que ha sacado el caso a la luz se plantea ahora denunciar a la escuela por encubrimiento.
Foto: Sergi Alcàzar