Nueva especie humana. Sí, sí, Atapuerca ha reescrito la historia de los homínidos en la Europa occidental con el hallazgo de una nueva especie humana. Los huesos faciales descubiertos en este yacimiento ubicado en Burgos, de entre 1,1 y 1,4 millones de años, son los restos humanos más antiguos nunca encuentros en el continente y… sus rasgos no encajan con ninguna de las especies conocidas del Pleistoceno. Es decir, que es una nueva especie humana en Europa que, de momento, ha sido clasificada como Homo affinis erectus.

En 2022 se descubrió un fragmento facial humano en el yacimiento de la Sima del Elefante, que representa el rostro más antiguo conocido en la Europa occidental: la cara del primer europeo. Pero el fósil no pertenece al Homo antecessor, sino que ahora ha sido catalogado provisionalmente como Homo affinis erectus. El hallazgo ha sido publicado este miércoles en la revista Nature y, para los científicos, indicaría que durante el Pleistoceno inferior hubo al menos dos especies en Europa: el Homo affinis erectus, que llegó primero al continente; y el Homo antecessor, que hasta el momento era la especie humana más antigua de la región. El estudio ha sido liderado por Rosa Huguet, investigadora del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA); en colaboración con Xosé Pedro Rodríguez, de la Universitat Rovira i Virgili; María Martinón-Torres y José María Bermúdez de Castro, del Centre Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH); y una treintena de científicos del equipo de Atapuerca.

1997, 2007 y 2022: la historia de nuevas especies

Se cree que Euroasia fue poblada por primera vez por homínidos hace al menos 1,8 millones de años. En la Europa occidental, las pruebas más antiguas de asentamientos humanos se han encontrado en Atapuerca. Fue el verano de 1994 cuando aparecieron en la Gran Dolina los fósiles más antiguos, de hace unos 860.000 años, un hallazgo histórico: eran los restos de seis individuos (dos niños, dos adolescentes y dos adultos) de una nueva especie, el Homo antecessor. Este hombre primitivo tenía una parte del rostro más esbelta y similar a la de los humanos modernos, ya que era el ancestro de nuestra especie (Homo sapiens) y de los neandertales.

En 2007 apareció en la Sima del Elefante una mandíbula de homínido de unos 1,2 millones de años de antigüedad que no se pudo asignar de manera concluyente al Homo antecessor. De hecho, sospecharon que podía ser de una especie diferente y, finalmente, se clasificó como Homo sp (sin especie). Un año después se encontró la falange de una mano, que tampoco se pudo asignar a ninguna especie concreta. Y, así, llegamos a 2022: después de muchas campañas de excavación, el equipo de Atapuerca encontró un maxilar de homínido en un nivel inferior (2,5 metros más profundo) que la mandíbula. Es decir, que era más antiguo.

Pink, un nuevo capítulo en la evolución humana

Ahora se han completado los análisis del fósil, que ha sido bautizado como Pink en honor a la banda de rock Pink Floyd y como guiño a la investigadora Rosa Huguet (pink es rosa, en inglés). Los resultados muestran que Pink no es un Homo antecessor, ya que no tiene los rasgos modernos de la cara de esta especie, que era similar a la nuestra. Tampoco encaja en el grupo de los restos más antiguos que se conservan fuera de África, homínidos del yacimiento georgiano de Dmanisi (de 1,7 millones de años); ni tampoco con los restos de Homo erectus de otras partes del mundo.

Entonces, ¿qué? Pues que Pink está en medio de estas especies y abre un capítulo totalmente nuevo en la evolución humana. A la espera de nuevas pruebas, ha sido bautizado como Homo affinis erectus. Lo que queda claro es que el hallazgo demuestra que había otra especie en Europa antes de la llegada del Homo antecessor. Atapuerca ha vuelto a hacer historia.

Nuevos retos después del hallazgo de Pink

El estudio también ha logrado describir el contexto del homínido: había zonas boscosas, con fuentes de agua estacionales y animales propios del ambiente (como castores o hipopótamos); el clima no era muy extremo, sino húmedo y templados, con plantas como el avellano, muy mediterráneo. Además, su industria lítica era muy primitiva, con herramientas sencillas de cuarzo y sílex de la cultura olduvaya, con las que se podían procesar animales.

El hallazgo plantea ahora el reto de encontrar nuevos restos que confirmen la existencia de este nuevo género, oficial y taxonómicomente, ya que Homo affinis erectus es un nombre provisional. En la Sima del Elefante quedan por excavar las últimas partes del yacimiento (unos cinco metros), lo que anticipa dos o tres años de trabajo muy intenso. Y no puede descartarse que aparezcan restos de la nueva especie en lugares que se están excavando desde hace poco, como la Cueva Fantasma. Nunca puedes decir nunca en Atapuerca.