El lunes fue un día de contrastes en la actividad volcánica del nuevo volcán de La Palma. Sobres las 8 de la mañana las bocas del volcán dejaron de emitir, humos, lava y no hacían ningún ruido. Una calma de la cual los expertos desconfiaban y con razón. En torno al mediodía el volcán reanudó su actividad con más virulencia de la que se había observado antes generando una nueva colada que avanza por encima de sus predecesoras ampliando el radio de destrucción.
El nuevo río de lava nacido después del descanso del volcán avanza rápidamente por las montañas de lava que han dejado los anteriores, las cuales le han abierto camino y permiten que la nueva colada sea más rápida. Algunos expertos apuntan que la naturaleza de la nueva serie de lava que están expulsando las bocas de Cumbre Vieja es más líquida y más caliente, un hecho que puede está ligado a qué proviene de capas más internas de la tierra que el magma emitido anteriormente.
Son solo teorías y augurios que nadie quiere confirmar como definitivos, porque, como repiten constantemente los geólogos, los comportamientos volcánicos son imprevisibles. En esta línea, a pesar de la proximidad de la colada al mar no es seguro que la lava acabe desembocando en el agua marina. Actualmente el río de lava se encuentra a 600 metros de la costa, pero este avanzó rápidamente hasta que se encontró a 800 metros del mar donde se ralentizó.
Más potencia que el año 1971
La isla de La Palma, como todas las Canarias, tienen un pasado volcánico activo. La experiencia de otras erupciones pone en perspectiva el momento que está viviendo actualmente una de las islas a más jóvenes del archipiélago. La última erupción volcánica tuvo lugar el año 1971 y palidece al compararla con la actual.
El año 1971 apareció un nuevo volcán cerca a la cordillera de La Palma, de forma muy similar al contexto actual. En aquella ocasión la erupción duró 24 días y se expulsaron 43 millones de metros cúbicos de materiales. Una cantidad impresionante que solo en una semana el volcán de Cumbre Vieja ya ha superado. En los últimos nueve días las bocas del nuevo volcán han expulsado 46,3 millones de metros cúbicos lava.
La potencia de expulsión de materiales volcánicos es mucho mayor que su predecesor y, a estas alturas, es imposible prever si el nuevo volcán tiene para mucho más tiempo o si se detendrá en poco. En los dos casos, la magnitud de la erupción ya ha quedado más que confirmada.
Primeras ayudas para los afectados
Las consecuencias de la erupción siguen aumentando. Hasta el momento se contabiliza que se encuentran afectados 513 edificios y 237,5 hectáreas del territorio insular. El número de personas evacuadas de sus casas está en unas 5.600, después de que el domingo pudieran volver a casa suya los aproximadamente 200 vecinos evacuados el viernes a la intensificación de las erupciones.
Ante esta situación el Consejo de Ministros planea aprobar este martes la primera fase de ayudas destinadas a reconstruir la isla, además de impulsar un paquete de medidas inmediatas. El Gobierno habilitará ayudas por valor de 5,5 millones de euros al Ejecutivo canario para la adquisición de 107 viviendas en la isla de La Palma, con el objetivo que sean destinadas de manera temporal o permanente a las familias afectadas por la erupción volcánica.