Miles de personas han vuelto a salir a la calle contra la detención y encarcelamiento de Pablo Hasél. 24 horas después de las convocatorias del martes y los disturbios posteriores con múltiples incidentes, 18 detenidos y más de 50 heridos, la convocatoria de este miércoles ha sido pacífica hasta que los manifestantes han ido hacia la plaza Urquinaona. Todo un símbolo después de los enfrentamientos entre manifestantes y policías durante los actos de protesta postsentencia. Allí han empezado los primeros destrozos y los primeros disturbios con más violencia que los de la primera noche de protestas, aunque ha habido menos manifestantes.
Se han asaltado varios comercios, los manifestantes han entrado en un hotel del paseo de Gràcia y en un concesionario de coches de la Gran Via, donde se habrían hecho varios destrozos a los vehículos.
De momento, hay seis detenidos: uno en Barcelona por atentado contra la autoridad y hacer lanzamientos a la línea policial; tres detenidos en Lleida por desórdenes públicos; y dos detenidos en Tarragona, uno por atentado contra los agentes de la autoridad y el otro por resistencia y desobediencia.
En Barcelona, "se están produciendo lanzamientos de piedras, botellas y objetos contundentes en la zona de plaza Urquinaona, Via Laietana y ronda Sant Pere. En Urquinaona con Pau Clarís se han hecho barricadas con mobiliario urbano y contenedores", según fuentes de los Mossos d'Esquadra. También se han hecho varias pintadas en comercios de la zona. A estas alturas también se han lanzado varios artefactos incendiarios hacia vehículos policiales que les han hecho recular. Los Mossos d'Esquadra han empezado a disparar los proyectiles de foam mientras los manifestantes han seguido moviendo contenedores para hacer barricadas.
Pocos minutos después de llegar a Urquinaona, se ha producido un choque entre Mossos y manifestantes después de que los agentes hubieran intentado deshacer una barricada encendida con los furgones. Incluso algunos concentrados han subido sobre el blindaje de los vehículos para evitar que avanzaran. En la zona de ronda Sant Pere y paseo de Gràcia, los manifestantes han sacado vallas de obra, hecho varias barricadas en la zona y han quemado contenedores en las calles Diputació y Pau Claris.
Después, los enfrentamientos se han trasladado a la rambla Catalunya, donde los manifestantes han formado barricadas con contenedores y material de obra. Los Mossos han hecho carruseles por las aceras y han disparado más foam, hecho que ha obligado a los manifestantes a huir en dirección plaza Universitat. En la zona de rambla Catalunya y plaza Catalunya y en la Bolsa de Barcelona se han hecho lanzamientos de piedras a la línea policial. En la zona de Via Laietana y Urquinaona se han destrozado varias motos que estaban estacionadas.
Un grupo ha accedido a un hotel de paseo de Gràcia, en el cual han causado destrozos, y a varios establecimientos comerciales.
En Girona, se están produciendo lanzamientos de botellas de vidrio y pirotecnia en la zona de la Subdelegación del Gobierno. Un grupo de manifestantes han prendido fuego a papeleras de la plaza Mercadal y han hecho barricadas en calles próximas. Han desmontado un andamio cogiendo material de hierro y están utilizando los elementos de este andamio para cortar la calle Santa Clara y lanzarlos contra los agentes, según informaciones de los Mossos d'Esquadra. En Girona, en el puente de Pedra, los manifestantes están en actitud muy violenta lanzando piedras a la línea policial.
En Tarragona, otro grupo de manifestantes han cortado la autovía A-7 dirección València.
En Lleida, grupos de manifestantes empiezan a mover contenedores y quemarlos en calles próximas al Centro Penitenciario de Ponent, donde está encarcelado Pablo Hasél. También se han hecho lanzamientos contra los agentes desde los balcones.
El inicio de la concentración
Cerca de un millar de personas se han concentrado primero en Jardinets de Gràcia para protestar contra el encarcelamiento de Pablo Hasél. La protesta ha bajado todo el paseo de Gràcia al grito de "Llibertat Pablo Hasél" y "Las calles serán siempre nuestras" hasta llegar a Urquinaona. Allí, algunos manifestantes han movido contenedores con la idea de formar barricadas para frenar la intervención de los Mossos d'Esquadra.
Segunda noche de movilizaciones
Hoy el conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha rogado que las manifestaciones sean pacíficas y también ha anunciado un refuerzo del dispositivo.
Los disturbios de ayer, más allá de los daños materiales, se centraron en ataques a las líneas policiales, con adoquines, piedras, botellas de vidrio y bengalas, pero también acabaron con unos datos insólitos de 40 locales atacados en Barcelona, 25 saqueos en entidades bancarias y en 15 comercios. Se quemaron hasta 50 contenedores y 20 motos. En Girona se destrozaron dos coches policiales, en Vic la comisaría de los Mossos. Hay 18 detenidos en total, 25 agentes policiales heridos y 30 manifestantes heridos que atendió el SEM.
Los Mossos d'Esquadra se vieron desbordados ayer por los disturbios, aunque habían hecho una previsión de protección en diferentes edificios públicos, como sedes judiciales y delegaciones del Gobierno, pero estas manifestaciones "se transformaron de una manera muy rápida", hecho que provocó una nula capacidad de reacción. El portavoz del cuerpo, Juan Carlos Molinero, ha admitido que la precipitación de los hechos hizo imposible activar la unidad de mediación, de manera que no se activó antes de las concentraciones.
La policía se confió y el resultado fue una nueva batalla campal en Barcelona, pero también graves disturbios en Girona, Lleida y Vic, donde los manifestantes consiguieron asaltar la comisaría de los Mossos. Un grupo de unas 60 personas rompió los cristales y consiguió entrar, y acorralaron a los 10 agentes que había en el interior de la comisaría. Hicieron una pintada que reproducía las últimas palabras de Pablo Hasél antes de entrar al coche policial: "Muerte al estado fascista".