Una nueva expedición científica en el famoso enclave arqueológico de Petra, en Jordania, ha encontrado por primera vez una tumba intacta con 12 esqueletos y objetos funerarios que podrían tener al menos 2.000 años de antigüedad. Sale a la luz así uno nuevo secreto dentro de un patrimonio de la humanidad reconocido por la UNESCO único, en el que los arqueólogos no han podido trabajar durante mucho tiempo porque el acceso a las ruinas han estado restringido.

En concreto, el hallazgo se ha hecho en torno al monumento del Tesoro o Al Khazneh —conocido popularmente también por la aparición en la película Indiana Jones y la última cruzada (1989) como puerta del templo donde se encontraría el Santo Grial—. Los investigadores han utilizado un potente radar de penetración terrestre para buscar objetos subterráneos. Al identificar algo allí abajo con el dispositivo, el gobierno de Jordania les otorgó los permisos para excavar. El equipo de arqueólogos los dirigía al estadounidense Pearce Paul Creasman, director del American Center of Research, junto con investigadores del Departamento de Antigüedades de Jordania. Según Creasman, todo el mundo conoce la icónica fachada del Tesoro de Petra, pero "hay mucho más bajo nuestros pies".

Se han encontrado otras tumbas en Petra, por ejemplo en 2003 en la misma zona de Al Khazneh, pero habitualmente ya vacías o afectadas de alguna manera sea por la humedad o por saqueos. En esta ocasión, sin embargo, la cámara funeraria estaba llena de restos de esqueletos completos y objetos funerarios hechos de bronce, hierro o cerámica en buen estado de conservación. Según ha explicado a la prensa internacional el geofísico de la Universidad de S. Andrews, en Escocia, Richard Bates, que ha participado en la investigación, es la primera vez que se encuentra una tumba completa con ajuar funerario en este conjunto.

De acuerdo con los investigadores, este nuevo descubrimiento en Petra permitirá entender cómo era la vida de los nabateos, el pueblo nómada árabe que vivió en la zona de Jordania hace siglos, que vivió su punto álgido de esplendor entre los siglos IV a.C. y II d.C. y que posteriormente fue anexionado por el Imperio Romano. La ciudad de Petra se empezó a construir en torno al siglo VIII a.C. y pronto se convirtió en una metrópoli próspera por el comercio en caravanas nómadas. Ahora, los investigadores quieren analizar el ADN de los restos encontrados con el objetivo de conseguir más información sobre estas personas, como el parentesco entre ellos o con qué se alimentaban.