Un grupo de vecinos de Miami Platja, en Mont-roig del Camp, han acusado al Estado de impulsar la "degradación" de un sector frágil de la costa de este municipio con unas obras -ejecutadas por la UTE Ohla-Sato-, que consideran que están mal hechas. Los vecinos, consultados por ElNacional, han explicado que las obras de construcción del llamado Passeig de las Cales -con un presupuesto de unos 11 millones de euros- está causando un impacto negativo a lo largo de cuatro kilómetros de costa, donde se encuentra un conjunto de calas que, desde hace años, sufren por la presión urbanística y condiciones climáticas adversas.
Las obras empezaron en septiembre del 2023 y tenían que durar seis meses, pero los cambios en el proyecto hicieron que la empresa constructora pidiera una prórroga. La previsión, según han informado fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Tarragona en ElNacional.cat este jueves, es que los trabajos se acaben a finales de octubre o a principios de noviembre.
A raíz de las molestias que las obras han ocasionado a los vecinos (aseguran que han causado un perjuicio porque no se podía acceder a parkings o comercios), unos 300 residentes se están asociando para denunciar la situación. Uno de los problemas principales que señalan es el sistema de recogida de aguas pluviales, que desemboca en un punto frágil del conjunto de las calas, que ha sufrido también por la acción de la maquinaria de las obras.
"Se han cargado el antiguo muro que antiguamente contenía el agua, que ahora rebosa y el terreno se ha debilitado", denuncia Raquel López, ingeniera de caminos y vecina de la zona. De la misma opinión es Miguel Ángel Moliner, también ingeniero y vecino de las calas: "Han sacado los muros y tapias que eran la salvaguardia del frente de las calas, no evitaban toda la erosión, pero reducían el impacto". En declaraciones a ElNacional, López y Moliner afirman que muchos aspectos de la obra representan un impacto negativo para la protección de este segmento de la costa. Aseguran, además, que el sentimiento, de "descontento" es "generalizado" entre el vecindario. Defienden que su movimiento responde a la "preocupación" por el impacto de las obras sobre la costa y se desvinculan de cualquier motivación política. "No estamos inspirados por ningún partido político", sostiene Moliner.
Los vecinos piden que organizaciones ecologistas visiten la zona para comprobar el impacto de las obras (con tala de árboles incluida y desprendimientos de terreno) que, según afirma Moliner, ha dejado el vecindario "asustado". "Los ecologistas pondrían el grito en el cielo", subraya. "Este no es el proyecto que necesitábamos para la estabilización de las calas, -comenta por su parte López-; ellos lo que quieren es hacerse la foto con un paseo enorme". Esta vecina también considera que las obras no están bien supervisadas y denuncia que los operarios han actuado sin guía.
Versión contradictoria del Gobierno y el Ayuntamiento de Mont-roig
Fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Tarragona, indican a ElNacional que hasta que no se acabe la obra no se podrá hacer una comprobación que el proyecto se haya ejecutado de forma adecuada, pero defienden que la actuación se ha hecho para mejorar el entorno. Las mismas fuentes quitan hierro a las críticas y aseguran que si bien hay vecinos descontentos con la obra, también hay otros que están muy satisfechos. Con respecto a la supervisión, el servicio provincial de Costas del Estado en Tarragona, que depende del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, asegura que "se hace cada día", contradiciendo lo que afirman los vecinos.
Por su parte, el Ayuntamiento de Mont-roig del Camp reconoce que hay algunos aspectos de la obra que se han tenido que mejorar, especialmente con respecto al sistema de recogida de las aguas pluviales, en una zona especialmente afectada por inundaciones. El concejal de Obras, Miguel del Viso, ha afirmado en declaraciones en ElNacional.cat que se han adoptado medidas preventivas para afrontar este problema y que el resto de contingencias que vayan surgiendo se solucionarán. Entre los problemas a afrontar hay el de posibles desprendimientos, cosa que el consistorio dice que se resolverá con sensores que detectarán posibles movimientos del suelo.
Del Viso defiende el proyecto porque considera que el Passeig de les Cales se convertirá en un atractivo turístico, a la vez que, para los vecinos, supondrá ver revalorizadas sus viviendas. El concejal afirma que el consistorio abrió un canal de quejas para los vecinos y que un 1% de las recibidas han sido por cuestiones de seguridad en el ámbito de la obra y un 99% quejas de vecinos que no podían acceder al parking en coche. "Me preocupa más el primer aspecto", comenta. El ayuntamiento prevé que las obras se acaben el 27 de octubre y se quiere inaugurar el paseo este 2024, cuando se haya podido recoger el material de la obra y el espacio quede "limpio y arreglado".
El optimismo de Costas y el Ayuntamiento de Mont-roig del Camp contrasta con la posición del grupo de vecinos, que considera que los "retoques" no son suficientes y haría falta una nueva "actuación importante", afirma Miguel Moliner. A estas alturas, este ingeniero opina que la actuación del Gobierno en esta zona frágil del litoral tarraconense "acelera el deterioro". Los vecinos temen que la situación empeore los próximos meses de invierno, una vez finalice la temporada de bonanza climatológica y el nivel del mar suba y tenga más impacto sobre las calas y el frente marítimo.