La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha alertado que algunos de los juguetes de más éxito entre los menores son potencialmente peligrosos. Cada vez hay más juguetes que están conectados por internet y muchos de estos no cumplen las normas mínimas de seguridad, tal como ha demostrado un estudio conjunto del OCU y la Asociación Española de Ciberseguridad y Privacidad. En este estudio, realizado con una muestra de cinco juguetes populares (Jumping Race Jett, Rovospy, Turbo Dave, Teksta y BB8), solo uno (el perro Teksta) no ha registrado ningún problema.
Sin contraseña
Lo que se presentan como simples juegos interactivos puede poner en peligro la intimidad de los usuarios. La OCU denuncia que el Minion MIP Turbo Dave y el BB8, robots teledirigidos, no tienen ninguna contraseña para su wifi, y por lo tanto podrían estar controlados, de forma bastante fácil, por una tercera persona, que podría moverlos al margen de la voluntad de su propietario. La OCU recomienda que se revisen estos juguetes y que la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimenticia y Nutrición establezca normas claras para solventar este problema. Pero, sobre todo, pide que los fabricantes sean conscientes de los problemas que pueden implicar estos juguetes.
Petición de retirada
La OCU ha pedido que se retiren de la venta dos juguetes, Parrot Jet y Rovospy, porque tienen asociados importantes errores de seguridad. Son juguetes que tienen su propia wifi, a la que se puede acceder sin contraseña. Eso es especialmente grave porque llevan cámara y pueden grabar imágenes, y el Rovospy incluso lleva un micrófono que puede grabar conversaciones en cualquier momento. De esta forma, cualquier persona con unos pocos conocimientos técnicos puede acceder a imágenes y sonidos de nuestro hogar (en realidad, incluso puede mover el robot a distancia y pasearlo por nuestra casa para registrar las imágenes que le interesen). En el caso del Parrot Jet, un hacker podría también acceder a su localización, y de esta forma podría saber dónde están en cada momento sus usuarios. La OCU también denuncia que el Rovospy pide información sobre datos que no necesita para su funcionamiento y podría vulnerar normas básicas de privacidad. Estos juguetes están pensados para niños de 14 años, que no son conscientes de los peligros que pueden implicar.
No todos negativos
El OCU destaca que estos juguetes no son negativos per se, sino por defectos en su concepción y fabricación. Uno de los juguetes analizados, el perro Teksa robot 4G, no presentaba ningún problema de seguridad. Ahora bien, es solo uno de los cinco juguetes que el estudio ha evaluado. Y cada vez hay más juguetes con conexión a las redes en las tiendas.