La larga travesía del pequeño Oliver, el niño de solamente dos años y medio con un tumor cerebral que vive en México, para llegar a Barcelona y ser intervenido en el hospital infantil Sant Joan de Déu no ha hecho nada más que empezar. Y, a pesar de los esfuerzos de su familia así como de donantes muy generosos que se han querido mantener en el anonimato después de ofrecer a los padres los casi 200.000 euros necesarios para que el niño atraviese el Atlántico en un avión medicalizado para llegar a Catalunya, este traslado todavía no se ha podido realizar. La historia de este niño, diagnosticado con un tumor cerebral muy agresivo que hace que no pueda ni hablar ni moverse y casi no tenga las fuerzas para tragarse la comida, se ha hecho muy viral a través de las redes sociales, donde su tío a partir del perfil de Instagram Bucea España, ha ido explicando la historia de su sobrino, que ha afectado a mucha gente.
Si hace solo dos días la familia celebraba a través de Instagram que habían conseguido que una persona donara los 200.000 euros necesarios para trasladar al niño para ser operado a Barcelona, ayer tuvieron que lamentar más problemas burocáticos que impidieron que esta nave se pudiera elevar desde Cancun, dónde vive el niño con sus padres, aunque su familia es malagueña. En un vídeo, el tío de Oliver (hermano de su padre) detallaba que el avión en lugar de elevarse ayer lunes no podría partir hasta este martes por la noche, hora de aquí, y, por lo tanto, el niño, a quien los médicos han dado poco más de dos semanas de vida si no es intervenido, llegará a Barcelona el miércoles mañana. Con todo, la familia intentó buscar alternativas, pero desde el aeropuerto mexicano no lo dejaron partir en un vuelo comercial, por la delicada salud del menor y que no disponían de ningún justificante médico que autorizara el desplazamiento en un avión que no estaba preparado para hacerlo. Más problemas para un niño que necesita facilidades para conseguir sobrevivir.
La familia ya no necesita más ayuda económica
Tal como ha confirmado su madre, Lena, alemana, a través de Instagram, el avión que trasladará el Oliver despegará en las próximas horas: "A pesar de lo que está pasando, este hombrecillo no deja de sonreír. Si el vuelo no se pospone otra vez, saldrá mañana por la mañana", ha detallado. Esta noticia ha provocado la alegría de mucha gente que ha seguido su caso con atención y preocupación. Días antes, ante la noticia que una persona muy generosa costearía el vuelo hasta Barcelona, la madre aseguraba que estaban sin palabras y llorando de felicidad por primera vez en muchos días: "Estamos infinitamente agradecidos con todos vosotros y sin vuestra ayuda no habríamos alcanzado tan rápidamente. Ya tenemos suficiente dinero, así que no necesitamos más por ahora", ha explicado a esta mujer, agradeciendo las muestras de apoyo tanto con mensajes como con donaciones económicas que han recibido para salvar la vida del pequeño Oliver, su hijo.
El tumor cerebral que afecta al menor es de grandes dimensiones y demasiado cerca del tronco encefálico. Eso implica que se tiene que extirpar tan pronto como sea posible, o como mínimo reducirlo. El problema es que en el hospital mexicano donde estaba ingresado el niño donde tienen los medios necesarios para hacerlo. Todo ha pasado muy deprisa, ya que hace solo dos semanas que la familia sabe que el niño tiene un tumor que se tiene que extirpar de manera urgente para evitar que fallezca. Día 13 de octubre, los padres notaron que en el Oliver le costaba caminar, estaba apático, débil y no tenía hambre. Una vez en el hospital le hicieron varias pruebas que confirmaron la presencia de un tumor cerebral de grandes dimensiones. En cuestión de días, el niño empeoró y hace justo una semana le extrajeron el líquido que le presionaba el cerebro, provocando que perdiera funciones cognitivas. A partir de aquí, pudo recuperar cierta movilidad y sus ánimos han mejorado notablemente. Como dice su madre a Instagram, no ha dejado de sonreír, a la espera de un vuelo que le puede salvar la vida.