Las temperaturas globales durante los próximos cinco años alcanzarán nuevos máximos históricos, según ha alertado la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En un comunicado emitido este miércoles, la ONU ha informado de que hay "un 98% de posibilidades" que la media de las temperaturas entre 2023 y 2027 supere la de los cinco años anteriores, fijando así un nuevo récord. Estas temperaturas se prevé que se sitúen entre 1,1 y 1,8 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, que comprenden el periodo entre 1850 y 1900.
En más, la ONU ha indicado que hay un 98% de posibilidades, que, durante estos cinco años, al menos en uno de ellos se superen las temperaturas récord registradas en el 2016, cuando los efectos del fenómeno climático del 'Niño' fueron "excepcionalmente intensos". Eso significa que hay una alta probabilidad de que se llegue a temperaturas superiores a las ya existentes y que se acentúen los efectos del cambio climático. La ONU también ha señalado que hay un 66% de posibilidades que las temperaturas sean 1,5 grados superiores a los niveles preindustriales en al menos uno de los años entre 2023 y 2027. Aunque eso no implica exceder de manera permanente el límite de 1,5 grados fijado en el Acuerdo de París, la ONU considera esta situación como "alarmante". El cambio climático recurrente y persistente a estos niveles supondría un gran desafío para la humanidad y los ecosistemas del planeta.
Petteri Taalas, el secretario general de la organización meteorológica de la ONU, ha advertido que se espera la llegada de un fenómeno como "El Niño" en los próximos meses, el cual, combinado con el cambio climático causado por las actividades humanas, presionará las temperaturas globales hasta niveles sin precedentes. Este incremento de las temperaturas tendrá repercusiones significativas en áreas como la salud, la seguridad alimentaria, la gestión del agua y el medio ambiente.
El aumento de las temperaturas globales tiene implicaciones directas para la salud humana, ya que se espera un incremento en los episodios de calor extremo, olas de calor y enfermedades relacionadas con el calor. Además, esta situación pone en peligro la seguridad alimentaria, ya que afecta a la producción agrícola y puede provocar escasez de agua para la agricultura y el consumo humano. También hay preocupaciones sobre el impacto en los ecosistemas marinos y terrestres, especialmente en los corales, los glaciares y las zonas árticas.