La situación de la lengua catalana centra la actualidad de informativos, tertulias mediáticas, interacciones en las redes, sesiones académicas especializadas y sobremesas familiares. Este interés inaudito de sectores tan diversos y transversales del país muestra no solo un estado de preocupación evidente por|para la salud del catalán, sino también una implicación generalizada a la hora de buscar la mejor manera de afrontar los diferentes retos que plantea el uso de la lengua.
El Pacte Nacional per la Llengua corrobora este interés, que se ha manifestado con una elevada participación. Se trata de uno de los procesos participativos con más éxito de los últimos años, con 333 aportaciones y cerca de 2.600 propuestas concretas. Con los resultados del proceso participativo en la mano, es el turno de los miembros del Consell Social per la Llengua Catalana, que harán una valoración y elaborarán las recomendaciones que tienen que servir para el borrador del documento del Pacte. Un borrador que tiene que dar respuesta a los retos principales con que se encuentra la lengua catalana, de acuerdo con los 12 ámbitos de aplicación extraídos del informe "Un marco sociolingüístico igualitario para la lengua catalana".
En el ámbito de la administración pública, hará falta dar respuesta al reto de garantizar una presencia llena del catalán en todas las administraciones públicas presentes en Catalunya e incrementar el uso del catalán a la Justicia. Garantizar la disponibilidad lingüística en el conjunto de todas las administraciones es un reto pendiente.
En educación, el reto es revertir la tendencia claramente descendente del uso del catalán a la enseñanza obligatoria y, en el ámbito universitario, conviene encontrar el equilibrio entre la necesidad de garantizar que el catalán sea la lengua habitual y el valor de atraer talento y competitividad internacional en las universidades catalanas. Con respecto al aprendizaje del catalán entre las personas adultas, hay que buscar estrategias para hacer aumentar el interés en aprender catalán más allá de los cursos iniciales o básicos.
La cohesión social y el acogimiento es, sin duda, uno de los factores clave y estructurales de nuestra sociedad. Y, por lo tanto, también en materia de lengua, el Pacte tiene que encarar unos retos importantes que están asociados, como por ejemplo los requisitos lingüísticos de los trabajos del sector de servicios o la conveniencia de que los catalanohablantes mantengan el catalán a las conversaciones, antes de prejuzgar la capacidad de comprensión del interlocutor.
En el ámbito de la cultura, el principal reto es la presencia normalizada de la lengua catalana en las industrias culturales, sobre todo en el cine y los videojuegos, así como en el sector del audiovisual y de los medios de comunicación, donde hay que incentivar la presencia del catalán en las plataformas digitales principales y una más amplia oferta de programas infantiles y juveniles. Y todavía en el ámbito del mundo digital y las tecnologías de la lengua, es fundamental garantizar la presencia del catalán en las redes sociales y encontrar la manera de contrarrestar el efecto de la digitalización y la globalización que inevitablemente benefician las lenguas mayores.
Con respecto al ámbito socioeconómico y laboral, es básico garantizar más productos y servicios en catalán. Que las empresas valoren el conocimiento de catalán en sus procesos de selección y que, en definitiva, la lengua se considere útil tanto para encontrar trabajo como para ofrecer un servicio de calidad.
Y en el ámbito sanitario, es imprescindible valorar el uso del catalán también como parte indisoluble de la calidad del servicio y de los efectos sobre el bienestar de los pacientes. En estos ámbitos, alcanzar la disponibilidad lingüística es también un reto.
El ocio, el deporte y el mundo asociativo, ámbitos fuertemente arraigados a la sociedad y al país, plantean una serie de retos interesantes para fortalecer el uso de la lengua, como los hábitos lingüísticos de los jóvenes en ámbitos más sociales e informales o la implicación de los agentes que lideran estos sectores en la concienciación de la importancia de mantener el catalán como lengua de socialización.
En el contexto de todo el dominio lingüístico, fortalecer los intercambios de comunicación entre los diferentes territorios de lengua catalana y coordinar las acciones de normalización lingüística son los retos más importantes que encaramos. Y más allá del dominio lingüístico en los ámbitos estatal, europeo e internacional, una auténtica política lingüística favorable a todas las lenguas oficiales del Estado y la oficialidad del catalán en la Unión Europea, son retos estratégicos y estructurales que, de acuerdo con el actual marco legal, servirían para garantizar una base mínima de protección, apoyo e impulso de la lengua.
Finalmente, y estrechamente vinculados con muchos de los ejes expuestos, contamos con los retos asociados a la calidad de la lengua, más allá de los usos formales, que buscan la manera de conciliar norma y variación en un contexto de adecuación lingüística que garantice la identificación de usuarios diversos sin entorpecer la eficacia comunicativa.
Retos, todos ellos, que demuestran el amplio recorrido que puede hacer todavía la política lingüística de nuestro país. El resultado del Pacte Nacional per la Llengua no será un documento firmado y nada más: a partir de lo que se estipule, el Govern dibujará la nueva hoja de ruta de la lengua para los próximos 10 años. Todo, de acuerdo con un gran consenso que tiene que asegurar que la administración pueda trabajar sin impedimentos con el fin de asegurar el presente y el futuro de la lengua.