Javier Martínez no volverá a ser nunca el mismo. El 17 de agosto del 2017 le arrancaron un trozo de su vida. Xavi, su hijo pequeño de 3 años, murió en los atentados de la Rambla. Iba acompañado del tío, que también murió, y de la madre y la hermana, que se salvaron porque la niña, la Marina, quería comprar una pulserita. Desde hace un año, Javier no para de hacerse preguntas, de buscar respuestas, es su coraza para poder salir adelante. Se ha entrevistado con todos los altos cargos que ha podido, con todos aquellos que tienen responsabilidades, porque no quiere que la muerte de su hijo sea en vano. Quiere que las cosas cambien, que el mundo sea una poco mejor, que la muerte de Xavi sirva "para algo bonito" y en eso centra su día a día. No le gusta que le pregunten cómo está —pero eso lo sabré más adelante— así que, empiezo con la maldita pregunta.
-El viernes hará un año. ¿Cómo estás?
¿Cómo estoy? No estoy bien, estoy de baja, con tratamiento psicológico y psiquiátrico porque el cuerpo no aguanta tanto, tú crees que sí, pero no. Bien, bien, no estoy... es muy duro. Desde que pasó todo eso, no sé qué es estar bien. Sé que tengo que salir adelante por mi hija pero falta una cosa muy grande y muy importante, falta mi niño de 3 años y eso se tiene que asumir, es para toda la vida... Pero todavía no me hecho el cargo
-Desde hace un año buscas respuestas a muchas preguntas. Has picado muchas puertas. ¿Lo has convertido en tu mecanismo de autodefensa?
El luto tiene varias fases pero yo no las he hecho. Enterré a mi hijo y a partir de aquí tenía dos opciones, o bien quedarme en casa como me dijeron (y que no hablara con nadie), o bien intentar descubrir qué pasó, por qué murió mi hijo, y con este segundo pensamiento cogí fuerzas para que la gente se diera cuenta de lo que había pasado, del por qué y de lo que se puede mejorar. Ha pasado casi un año y hay muchas cosas que no funcionan bien.
-Cuáles?
Muchas, desde como se puede parar una cosa de estas, hasta cuando pasan, como se tienen que tratar.
Abracé al imán porque me salió del corazón. También abracé a los niños musulmanes porque algunos de ellos jugaban con mi hijo. Fue muy bonito, porque yo ya no tenía a Xavi para abrazarlo
-La imagen que viene en la cabeza a todo el mundo cuando se habla de ti, es la del abrazo que le hiciste al imán de Rubí poco después de perder a tu hijo. ¿Os habéis vuelto a ver?
No, pero ahora te explicaré. En el camino de conocer personas y saber qué había pasado, una de las cosas que quería hacer era hablar con el colectivo musulmán. En Rubí compartimos muchas cosas con esta comunidad, los niños marroquíes jugaban con mi hijo en el parque. Vi que los musulmanes sufrían mucho, que no pasaban por la calle de mis padres, que no decían nada... pues si vosotros no venís, vendré yo, pensé. Quería saber qué pensaban de lo que había pasado y por eso me entrevisté con el imán.
Aquel mismo día la alcaldesa me preguntó si quería ir a una manifestación. Me pareció un momento importante porque la gente me quería dar su apoyo y muchos eran de la comunidad musulmana. El abrazo salió espontáneamente. Yo quería que la muerte de mi hijo, que era muy bonito, sirviera para una cosa bonita, no para empezar una guerra. Mi hijo era demasiado bonito para una cosa mala. El imán empezó a llorar solo, ante todo el mundo, y lo abracé porque me salió del corazón. También di un abrazo a los niños musulmanes que estaban sentados delante mío porque algunos de ellos jugaban con mi hijo y verlos a ellos era como verlo a él. Fue muy bonito porque yo ya no tenía a Xavi para abrazarlo. Era una manera de decir a estas personas que no tienen la culpa. Para evitar lo que pasó se tiene que hablar más, no cerrar las cosas
-En el camino de encontrar respuestas y pedir cambios y explicaciones, empezaste a conocer gente. ¿Qué gente?
Personas importantes, personas involucradas directamente con lo que pasó, a Xavier Trias, a Ada Colau, Pilar Rahola, que ha escrito libros sobre yihadismo, con Mossos, con el mayor Trapero, con David Torrents que también sabe mucho yihadismo, con muchos parlamentarios, con el presidente Torra...
-Y de qué habláis? ¿Qué les pides?
Les pido que la atención a las víctimas sea mejor, no puedo pedir otra cosa. Cuando averigüemos qué pasó y qué falló, supongo que se intentará arreglar la atención a las víctimas.
Pido que la atención a las víctimas sea mejor. Me he sentido muy solo por parte de las administraciones. Los únicos que lo hicieron bien son los Mossos, siempre han estado en mi lado. No sé si por preparación, o por afinidad o porque se sentían fracasados como yo por no haber podido salvar la vida a mi hijo, como yo como padre y como ellos como policías
-Cómo ha estado esta atención?
Solo puedo explicar cómo me he sentido, como han actuado con nosotros y la soledad que hemos tenido por parte de las administraciones, tanto del gobierno central como de la Generalitat. Hay comunidades autónomas que tienen protocolo de actuación de atención a las víctimas pero aquí no hay nada. No podemos esperar que vengan de Madrid a atendernos.
Me he sentido solo, muy solo, por parte de todos los colectivos que tienen que ver con esto: ¡la iglesia, las administraciones, los musulmanes, los psicólogos —muchos no saben decirte como asumirlo—, y de los políticos! ¡Son personas que nosotros hemos puesto para que solucionen las cosas y cuando hay un hecho así tienen que dar la cara, por eso los hemos puesto aquí! —dice enfadado—. Los únicos que lo hicieron bien son los Mossos d'Esquadra, como personas les he tenido en mi lado y les sigo teniendo. No podían hacer nada pero estaban allí, llamándome, enviándome mensajes por Navidad, siempre han estado allí, siempre en mi lado, los primeros días, los días más duros... No sé si por preparación, o por afinidad o porque se sentían fracasados como yo por no haber podido salvar la vida a mi hijo, yo como padre y ellos como policías que este es su trabajo. Hemos tenido mucha empatía. Después he conocido a Robert Manrique y muchas otras personas que seguramente me dejo.
-Dices que no has recibido apoyo ni por parte de la iglesia ni por parte del colectivo musulmán. ¿Qué esperabas?
Que hicieran un coloquio o alguna cosa y que hablaran de qué ha pasado... que todos pusiéramos un grano de arena. Todos estamos involucrados, si a ti se te muere un hijo por una enfermedad o accidente lo focalizas en la enfermedad o el accidente pero yo no lo puedo focalizar en nadie porque me lo ha matado un grupo terrorista que está presente en todo el mundo, es una cosa global, me matan al hijo por un tema geopolítico, qué puedo hacer intentar cambiarlo? Yo quiero que la muerte de mi hijo sirva para alguna cosa, aunque sea para pensar un poco, todos tenemos algo que ver. Si fuéramos mejores personas y pensáramos como personas ya estaríamos un poco mejor. O podemos empeorar y empezar una guerra, también hay mucha gente que quiere esto.
Tengo tantos perdones acumulados que podría hacer un libro: perdón por no haber podido evitarlo, perdón por no saber cómo sufríais, perdón por no haberlo hecho bien
-Dices que tienes una carpeta de perdones.
Tengo tanto perdón, perdón, perdón, perdón, de tanta gente importante que podría hacer un libro: perdón porque no lo pude evitar, perdón porque no sabíamos que sufrís, perdón porque no lo hemos sabido hacer bien...
¡Quién hizo eso, quién lo mandó, quién lo pagó, en nombre de quién...todo eso se tiene que averiguar y la única cosa que se ve son las víctimas! Las víctimas por aquí, las víctimas por allí, venga sangre y cómo estáis y cómo dejáis de estar... ¿Alguien ha pensado por qué aquel chico que estaba integrado entre nosotros hizo eso? ¿Qué ha fallado en la educación? ¿Qué ha fallado en el sistema? ¿Quién está mirando todo eso? ¡Sólo interesan las víctimas y la furgoneta en la Rambla! ¿Cuándo empezarán a averiguar la verdad? ¿Cuándo empezarán a hacer alguna cosa para que no vuelva a pasar? ¿Lo tengo que hacer yo, el padre de un niño muerto de tres años? ¿Qué preparación tengo yo?
Me gustaría que no volviera a pasar, daría mi vida porque no vuelves a pasar. Si a mí me dicen que matándome a mí no volvería a morir nadie en un atentado, que me maten ahora mismo porque yo tengo mi hijo esperándome allí arriba.
Si a mí me dicen que matándome a mí no volvería a morir nadie en un atentado, que me maten ahora mismo porque yo tengo mi hijo esperándome allí arriba
Me pasó lo peor que le puede pasar a alguien, que te maten a un hijo, que te lo asesinen, cuando preguntáis cómo estás... ¿cómo quieres que esté? Para mi lo más duro no es el día 17, es el día 25 que mi hijo habría hecho 4 años y ya no sé como sería y tampoco sabré nunca como sería cuando tuviera 5 años, ni cuando tuviera 6, ni 7, ni 8, ni cuando tuviera 18. ¿Tendría novia? ¿A qué se dedicaría, sería piloto de aviones? Me he perdido la vida de mi hijo, he perdido un trozo de mi corazón. ¿Cuando pierdes a un padre eres huérfano, cuando pierdes la pareja eres viudo y cuando pierdes a un hijo qué eres? ¿Un desgraciado de la vida?
La fuerza que tengo son mis hijas y tengo que hacer ver que estoy bien... Pero no puedo vivir igual. Mi hija Marina, que vio cómo moría su hermano y su tío, se merece vivir y tenemos que luchar para que borre todo este recuerdo.
¡Sólo interesan a las víctimas y la furgoneta en las ramblas! ¿Cuándo empezarán a averiguar la verdad? ¿Cuándo empezarán a hacer alguna cosa para que no vuelva a pasar? ¿Lo tengo que hacer yo, el padre de un niño muerto de tres años? ¿Qué preparación tengo yo?
-Estás muy enfadado con la prensa, con los periodistas...
¡Es que muy mal! ¿No tienen familia? ¿No tienen sentimientos? Cuando dan un premio Ortega y Gasset de periodismo en una foto de un niño agonizado... ¿qué piensan? ¿De verdad le tienen que dar un premio? ¿A qué padre del mundo le gusta ver como dan un premio en la foto de su hijo muriendo? ¿Alguien ha pensado en el daño que eso hace? El dolor que hace la foto de la Rambla, la furgoneta, no nos deja hacer el luto. Quizás dentro de 20 o 25 años podemos cerrar este luto.
Para mí el más duro es el día después del 17ª. ¿Nunca sabré cómo será mi hijo con 4, 5 o 6 años, a que se habría dedicado, tendría chica? Me he perdido la vida de mi hijo, he perdido un trozo de mi corazón
-Enfadado con los periodistas y con los políticos
De política no quiero ni hablar, quiero que hagan alguna cosa y por eso llamo a la puerta de los políticos. Son los que tienen la potestad y la capacidad. No quiero dinero, quiero que hagamos alguna cosa todos juntos. No pude proteger a mi hijo y este sentimiento me lleva a hacer lo que estoy haciendo. Tengo que vivir y cuando lo recuerdo no me deja vivir. Necesito la empatía de muchas personas.
-El 17 de agosto el Ayuntamiento ha organizado un acto en recuerdo de las víctimas. ¿Asistirás?
Sí, iré al homenaje porque como te he dicho para mí el más duro será el 18, y el 19 y el 20... Iré por empatía y porque Ada Colau quiere hacer un acto bonito sin representación política con las personas que lo sufrieron y las que ayudaron. Hay muchas víctimas que no vendrán porque todavía no pueden, porque un año no cuida nada. Cada día cuando te levantas piensas en tu hijo, ojalá hubiera una pastilla para olvidarlo.
-Y qué piensas cuándo oyes que uno de los temas que preocupa es si se invita o no al rey Felipe VI o si viene o no viene?
A mí la pantomima de la foto no me hace nada de gracia, ya tendrían que haber hecho alguna cosa de verdad, no ahora cuando hace un año.
-Habrá cambiado alguna cosa dentro de un año o de aquí dos?
Tengo la esperanza que si, porque si yo, que no soy nadie, he llegado hasta donde he llegado y he hablado con la gente que he hablado y he sabido cosas que no puedo explicar y sólo soy el padre de un niño muerto... cualquier persona puede llegar pero este no es mi trabajo. Sufro por mi hija, para que pueda vivir una pizca mejor, para sacarle el miedo de volver a pasear por la Rambla, el miedo de pasear por Barcelona. O eso o ponernos en un agujero y no salir nunca más. Me he encontrado gente muy bonita por el camino y gente con mucha maldad.
Quiero saber la verdad. Quiero que mi hija sepa por qué murió su hermano y quiero saber por qué murió mi hijo. Intento hacer alguna cosa en nombre de mi hijo y de las personas inocentes que perdieron la vida. Ellas me dan bastantes para que eso llegue a buen puerto.