Dicen que hay preguntas que no se pueden responder o que son muy difíciles, como aquello que se pregunta a los niños pequeños de 'si quieren más a la mamá o al papá' o preguntar a una madre o padre si tiene un hijo preferido. La respuesta siempre será que no, pero un estudio reciente ha demostrado que sí, que los padres sí que tienen un hijo preferido, aunque intenten que no sea así. Un estudio publicado por la Asociación Norteamericana de Psicología (APA, por su sigla en inglés) ha revelado científicamente que los padres tienen un hijo preferido y como eso los puede afectar.

El estudio, liderado por el profesor y doctor Alexander Jensen, de la Universidad Brigham Young (BYU), en Utah, Estados Unidos, contó con 9.469 participantes, y se examinó como el orden de nacimiento, el género, el temperamento y los rasgos de personalidad (como la extroversión o la amabilidad) estaban vinculados con el favoritismo de los padres. Este trato se puede dar de diferentes maneras: la forma de interactuar con sus hijos, el dinero que se gasta y cuánto control ejercen.

El pequeño de la familia

El estudio concluye que los hermanos pequeños, aunque sea de manera sutil porque los padres no quieren demostrarlo, acostumbran a recibir un trato más favorable; se considera que el hermano mayor tiene más autonomía. Según el doctor Jensen, los padres tienden a favorecer a las niñas más que los niños, y la personalidad también juega un papel importante: los niños y niñas agradables y responsables, independientemente de su orden de nacimiento o género, suelen recibir un trato más favorable.

¿Cómo puede afectar a los niños?

Este ligero trato de favor casi involuntario por parte de los padres, puede provocar que los hijos menos favorecidos tengan más probabilidades de sufrir problemas de salud mental y tener conductas problemáticas. Así pues, el estudio apunta que los niños, desde bien pequeños, son capaces de detectar estas diferencias en el trato que revelan el favoritismo y eso se puede traducir en problemas de depresión y ansiedad. Por otra parte, Jensen, en una nota difundida por la universidad, advierte: "A veces los padres se preocupan tanto por tratar a sus hijos igual que pueden pasar por alto las necesidades individuales".