Uno de los conserjes del Palau de la Música compró lingotes de oro para Fèlix Millet por un valor de 24.000 euros. Lo ha explicado hoy en juicio del caso del Palau de la Música donde han declarado cinco conserjes y parte del personal de la institución destinado, justamente, a las cuentas. El conserje ha relatado como la secretaria de Millet, a menudo, le daba dinero y la lista de lo que tenía que comprar como colonias, tabaco o películas, y también lingotes de oro. El trabajador, sin embargo, no ha podido matizar si el dinero que le daban era del Palau o de Fèlix Millet.
Los cinco conserjes han explicado como que de forma regular las secretarias del área de contabilidad del Palau les daban cheques bancarios al portador para cobrar en efectivo en oficinas bancarias. Las cantidades podían ir de unos 3.000 a más de 100.000 euros, y ellos entregaban los fajos de billetes a las secretarias de Millet y Montull, que solían guardarlos en una caja fuerte del despacho de Millet. Esta práctica se alargó desde finales de los años noventa al 2009, cuando estalló el caso. En algún caso, además, la operación fue a la inversa y les dieron 30.000 o 40.000 euros en efectivo para ingresarlos en cuentas bancarias. También hicieron algunos movimientos de una entidad bancaria a otra en metálico o a empresas de Millet como Bonoyma.
Entre los conserjes que han declarado hoy hay los que grabaron las cámaras sacando del Palau documentación después del registro de los Mossos. Han relatado que Montull les hizo recoger archivos y documentación de su despacho en unas bolsas de basura para llevarlos a un piso suyo cerca del edificio modernista.
Preguntados por el fiscal por si no se extrañaban de estos movimientos bancarios y si se habían quejado por esta responsabilidad, los conserjes han dicho que recibían órdenes y que no las cuestionaban.
El 'staff' contable
Dos exaltos directivos del Orfeó Català encargados de la contabilidad han admitido este lunes que los presupuestos que les presentaban Fèlix Millet y Jordi Montull "aparentemente eran correctos" y la entidad parecía que no tenía demasiados problemas económicos. Aun así, han reconocido que no estaban al día y al detalle de los números, y que sólo asistían a las reuniones directivas donde se les presentaban los presupuestos ya elaborados. "Me engañaron", ha admitido Pau Duran.
En su declaración como testigos, Duran, extesorero, y Manuel Bertrand, excontador, se han excusado diciendo que tenían confianza en la gestión de Millet y que como el Orfeó iba creciendo económicamente nunca hicieron muchas preguntas. Además, han dicho que no tenían una visión simultánea de los números de la Fundación del Palau ni del Consorcio.
Duran ha reconocido su error de no preguntar y controlar más las cuentas, pero aparte de Millet y Montull, ha responsabilizado a la entonces vicepresidenta y actual presidenta, Mariona Carulla. De hecho, ha dicho que en las reuniones de la comisión económica directiva estaban Millet, Montull, Carulla y el secretario, además de él. Pero en estas reuniones le daban "muchos detalles" para "distraer", como gastos de flores y de afinar pianos, y no ir al fondo de los números. Preguntado por los pagos en efectivo a artistas o el gran número de cuentas bancarias que tenía el Palau ha dicho que lo desconocía por completo, "por increíble que parezca".
Finalmente, ha dicho que a pesar del espolio de la entidad, Millet dio un gran "impulso" a la cultura, con el derribo de la iglesia contigua al Palau, que permitió la ampliación, la fabricación del órgano o conseguir de mecenas, como por ejemplo después de la crema del Gran Teatre del Liceu en 1994. Bertrand ha admitido que él asistía una o dos veces el año a la asamblea de socios y que allí "no se votaba, lo que decía Millet iba a misa".
Por su parte, el gerente de los coros del Orfeó ha explicado que los viajes de los cantantes se contrataban por adelantado con una agencia de viajes que reservaba el desplazamiento y el alojamiento y el pago se hacía con transferencia bancaria. Después se estipulaba un precio por cada comida y se daba en metálico a los cantantes, pero eran cantidades relativamente bajas. También ha dicho que desconocía que algunas orquestas que tocaban en el Palau cobraran en metálico.
Caixa Catalunya, de testigo
Por su parte, Manuel Monroig, exdirector de la principal oficina de Caixa Catalunya, en la sede central de Via Laietana, donde se hicieron la mayoría de reintegros de cheques, ha explicado que nunca sospecharon de un posible blanqueo o desvío de fondos del Palau. Según él, sólo tenía conocimiento de estos reintegros cuando había algún problema, como por ejemplo que el Palau no había avisado con 24 de antelación que quería más de 3.000 euros en efectivo. En una ocasión, Montull llamó a Monroig para quejarse de que no le daban 200.000 euros para pagar "el dinero de bolsillo" de una orquesta filarmónica.
El fiscal le ha preguntado por el hecho de que en muchos de estos reintegros no consta quien cobró el dinero en metálico, a pesar de las reiteradas peticiones judiciales a Caixa Catalunya. Monroig ha dicho que le extrañaba porque sus empleados siempre habían cumplido la normativa legal que obliga a identificar y anotar el nombre de quien hace este tipo de reintegro y después conservar los datos de la operación durante algunos años. En todo caso, ha dicho que su oficina tuvo "auditorías buenísimas" y siempre cumplió la legalidad.
También ha declarado como testigo un hombre que liquidó una empresa de piscinas que teóricamente habría hecho reformas en casa de Millet a pesar de estar inactiva, y ha asegurado que nunca hizo ninguna factura al expresidente del Palau.