Hace unos años que se pulverizan consecutivamente récords de calor en todo en mundo, pero no es el único indicador del avance de la crisis climática. El nivel del mar sube incesantemente y si para algunos países es un problema que parece lejano, por otros es una realidad inmediata. Es el caso de Panamá, que ha tenido que evacuar a los habitantes de la pequeña isla de Gardi Sugdub porque a subida del nivel del mar, que amenaza con hacer desaparecer la isla. “La crisis climática que está viviendo el mundo (…) nos ha obligado aquí en Panamá a hacer el traslado de la isla a esta urbanización de los alrededores de 300 casas”, ha comunicado el presidente panameño, Laurentino Cortizo, según recopilación DW.
El gobierno reubicará a unas 1.200 personas que habitaban la isla. Serán los primeros refugiados climáticos del país, pero no los últimos, ya que todas las pequeñas islas que rodean Gardi Sugdub se encuentran en una situación muy similar. Cortizo ha señalado directamente a la responsabilidad de los países desarrollados en la emisión de gases de efecto invernadero: “Hay que cumplir con el Acuerdo de París, que no están cumpliendo, y eso es bien importante, hay países como los nuestros, por ejemplo, las islas del Caribe, que (...) tendrán que desviar recursos por los efectos de la crisis climática”. Los desplazados forman parte de la comunidad indígena de Guna Yala y ahora se encuentran en una nueva comunidad, lejos de su isla natal.
Cerca de sumergirse
La isla de Gardi Sugdub apenas se levanta sobre el mar, una pequeña sombra que se sube sobre la bahía, donde a medida que uno se acerca en bote empieza a distinguir el embrollo de chozas, la mayoría de techo de cinc y con paredes de bambú o madera. Con una medida de unos cinco campos de fútbol, la amenaza del ascenso del nivel del mar a causa del cambio climático no se percibe a simple vista, pero está.
Otras islas condenadas
La República de Fiyi es un pequeño país en Oceanía, conformado por más de 300 islas, dos de las mayores son Vanua Levu i Viti Levu, en esta última está la capital, Suva. Con una población de menos de un millón de habitantes y una superficie de casi 20.000 kilómetros cuadrados, el país afronta la mayor crisis de su historia: gran parte de su territorio desaparecerá bajo el océano. El Estado no se prepara por si tiene que hacer frente a una subida del nivel del mar, el agua ya está engullendo la costa de Fiyi y se tiene que actuar.
Hay 42 pueblos de Fiyi se han reservado para hacer una posible reubicación en los próximos cinco a 10 años, a causa de los impactos de la crisis climática. Ya se han trasladado seis. Cada nuevo ciclón o desastre comporta el riesgo de que todavía se añadan más pueblos a la lista. Eso es con una previsión de 10 años, sin embargo, si el ritmo del deshielo no se reduce gracias a la acción de las potencias mundiales, el futuro de las islas Fiyi es muy negro. El año 2030 gran parte de su capital estará sumergida y en el 2100 su costa será irreconocible.
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