Si hay un pantano que ha sido el termómetro de la sequía en Catalunya, este ha sido sin duda el pantano de Sau, uno de los cinco embalses del sistema Ter-Llobregat y uno de los nueve que forman las cuencas internas. El 2 de marzo se encontraba prácticamente vacío, sólo al 1,03% de su capacidad, el mínimo histórico desde que el pantano se inauguró en 1962 y el pueblo de Sant Romà de Sau quedó completamente anegado por las aguas. Pero este viernes, en torno a las 10 de la mañana, Sau ha superado por primera vez en más de un año y medio el umbral del 40%. Los aguaceros de los últimos días que han caído en torno a la sierra de las Guilleries y la cordillera Transversal, las comarcas de Osona, el Ripollès, el Moianès y el Montseny, han hecho crecer los caudales de los ríos y eso ha derivado en una espectacular crecida del pantano de Sau, que entre el martes y miércoles pasó del 32% al 38% en tan solo 24 horas, hasta que este viernes, a las 15 horas, registraba el 40,42%.

 

La vara de la iglesia de Sant Romà

La iglesia de Sant Romà de Sau ha sido históricamente una vara de medir el agua del pantano. Cuando se encuentra a buena capacidad, se puede ver únicamente la punta del campanario, pero cuando se vivió la peor cara de la sequía, toda la iglesia quedaba expuesta completamente a la vista, incluso encaramada en una colina reseca, rodeada de tierra, y con los restos del pueblo viejo de Sant Romà al descubierto; dejando también a la vista el contraste entre las líneas que forman la vegetación y la tierra, y la línea del nivel del agua, que quedaba situada muchos metros más abajo.

Pantà de sau al març (Albert Segura, ACN)
Pantano de Sau, en marzo (Albert Segura, ACN)

Hacía casi dos años que el agua quedaba muy lejos de la estructura de la iglesia. Cuando tocó fondo el 2 de marzo con el mínimo histórico (1,03%), el pantano empezó a atraer a una multitud de visitantes, en lo que se bautizó como turismo de sequía, personas que querían ver la fisonomía del paisaje que la falta de agua iba dejando y que dejaba al descubierto vestigios del pasado. Pero con los episodios de precipitación del mes de marzo, y sobre todo de finales de abril, los de mayo y junio, el pantano se ha ido recuperando y ganando reservas. Después de las lluvias de esta semana, las imágenes ya mostraban que el agua llegaba a las puertas de la iglesia, después de que el miércoles el pantano ganó 10,7 hm³, el doble de toda el agua que puede caber un pantano como el de Riudecanyes, y este jueves, el agua ha empezado a entrar de nuevo en el edificio.

Sau es el segundo pantano con mayor capacidad (tiene un volumen máximo de 165,26 hm³), por detrás del de Susqueda (233 hm³ volumen máximo), de los cinco que forman el sistema Ter-Llobregat y de los nueve que componen las cuencas internas. El sistema que abastece de agua a Barcelona y su área metropolitana, y las comarcas de Girona, se encuentra al 37,5%, de su capacidad (229,5 hm³) mientras que el conjunto de embalses de las cuencas internas han ganado más de 11 hm³ entre el miércoles y jueves, y ya llegan al 35,49%, cuando ayer se encontraban al 33,3% de su capacidad.