Las lluvias de las últimas semanas han cambiado por completo la situación arrastrada durante tres años y han permitido dar la bienvenida a las actividades acuáticas en el pantano de Sau, en la comarca de Osona. Con el embalse al 72% de su capacidad, este fin de semana se han podido recuperar las actividades económicas en torno al pantano. "La gente se moría por volver al pantano de Sau", ha dicho a la ACN Marc Álvarez, responsable de Aquaterraclub, una de las empresas náuticas que operan en la zona y que durante los últimos tres años no ha podido abrir con normalidad por la sequía.

Ganas de hacer turismo

Desde que la consellera de Territori, Sílvia Paneque, anunció el final de las restricciones de agua el pasado sábado, el teléfono no ha dejado de sonar, ha señalado Álvarez, que ha confesado que la decisión del ejecutivo fue una "sorpresa" porque ya tenían cuello abajo que no podrían arrancar hasta junio o julio. "Veinticinco días seguidos de lluvia han hecho que el nivel haya subido irremediablemente. Paranosotros ha sido un gozo", ha dicho el responsable.

Las empresas turísticas que se ganan la vida en el pantano de Sau esperan que la temporada se pueda alargar al menos hasta septiembre, un deseo que muy seguro se cumplirá porque Paneque adelantó durante el anuncio que los embalses catalanes tenían capacidad para unos meses. "Era muy importante que cuando tuviéramos que levantar las restricciones de agua estuviéramos seguros de que podíamos mantenerlo durante al menos cinco o seis meses", aclaró la consellera.

Desde este sábado y hasta el 2 de noviembre, los vehículos y motos que accedan al área de recreo del pantano de Sau en fin de semana o festivo, y durante el pico de agosto, tendrán que reservar plaza a través de la página web de la Diputació de Barcelona. Los precios son de 5 euros por coche y 2 euros por moto, y el espacio dispone de 82 plazas. Se trata de una práctica que hace cuatro años que funciona con el objetivo de respetar la capacidad de acogida de la zona y preservar el patrimonio natural.

El campanario, casi cubierto de agua

El pantano de Sau ha despertado el interés de muchos catalanes durante el periodo de sequía y se ha convertido en un icono de la evolución del embalse. De hecho, el cambio que ha experimentado ha sido mayúsculo porque ha pasado de tener reservas por debajo del 5% a principios del año pasado a remontar parcialmente, y finalmente tocar fondo el mes de febrero de este año. Desde lo entonces, y gracias a las lluvias del mes de marzo, ha podido recuperar las reservas y superar el 72%. La iglesia de Sant Romà, que se veía completamente en los meses más duros de la sequía, ahora está completamente cubierta por el agua, una imagen que no se veía desde hace cuatro años.