Confirmado que será juzgado por terrorismo el ataque del Miércoles Santo de 2024 —ahora hace un año— en el Màgic de Badalona, cuando un hombre, Hamza Waris, de 28 años y originario de Pakistán, destrozó con un hacha un restaurante de McDonald's. Antonio Piña, juez de la Audiencia Nacional, ha cerrado el caso y los hechos serán juzgados como daños con finalidad terrorista y autoadoctrinamiento. Este es el tercer atentado consumado en Catalunya, tras el doble ataque terrorista de Barcelona y Cambrils el 17 de agosto de 2017 y el de Cornellà, donde abatieron al terrorista argelino Abdelouahab Taib, el 20 de agosto de 2018.

De acuerdo con el escrito judicial, el detenido se radicalizó a raíz de la guerra de Gaza, después del ataque de Hamás contra Israel y de la respuesta del ejército hebreo. Según pudieron saber los analistas de información de los Mossos d'Esquadra, que asumieron el caso desde el momento en que se pudo detener al hombre, aquella noche del 27 de marzo de 2024, cada vez se sentía más identificado con la causa palestina y convencido de que tenía que participar en la yihad, la guerra santa islámica. De hecho, Antonio Piña explica que Waris se planteó viajar a Palestina para unirse a la lucha, aunque, ante las dificultades para hacerlo, decidió llevar a cabo la acción violenta en Catalunya, concretamente en Badalona, donde residía.

Así fue el ataque violento de apoyo a Palestina, en Badalona

Decidido a cometer una acción violenta para apoyar a Palestina, inició un proceso de autoadoctrinamiento a través de contenidos multimedia relacionados con los terroristas de Hamás. También hizo numerosas búsquedas en Google sobre grupos yihadistas como Estado Islámico (ISIS) y combatientes yihadistas. El juez detalla que buscó información sobre cómo utilizar un fusil de francotirador, manipular un Kaláshnikov y recargar rápidamente un cargador. Además, consultó contenidos sobre la muerte, el paraíso y el martirio, elementos recurrentes entre las personas que actúan con motivaciones terroristas, a pesar de no tener vínculos orgánicos con ninguna organización.

En los días previos al ataque, Waris investigó el local de McDonald's situado en el centro comercial Màgic de Badalona y buscó bazares chinos en la ciudad para comprar un hacha. El día de los hechos se acercó a la zona y, durante 48 minutos, estuvo visualizando vídeos que incitaban a la yihad desde su teléfono móvil. Justo antes del ataque, envió un mensaje de despedida a su hermano, que se encontraba en Pakistán. Sospechaba, como es habitual en estos casos, que la policía lo abatiría, pero tuvo suerte. No hirió nadie y un agente fuera de servicio de los Mossos, en colaboración con vigilantes de seguridad del centro comercial, pudieron reducirlo sin abrir fuego. Esto permitió también investigar todos sus movimientos previos y confirmar que, más allá de un hecho aislado, el ataque tenía una motivación terrorista.

"He ido a destrozar el McDonald's porque es americano"

Según la investigación policial, antes del ataque, el hombre se ató un pañuelo palestino a la cabeza, sacó el hacha de la mochila y se dirigió directamente al establecimiento de comida rápida. Empezó a golpear los cristales del local, provocando escenas de pánico entre los clientes. Los daños causados han sido tasados en 7.602,74 euros. Tras su detención, Waris declaró ante un agente de policía: "Esta mañana he visto en Facebook que han muerto niños palestinos a manos de los israelíes, y como los americanos les dan su apoyo, por eso he ido a destrozar el McDonald's, porque es americano".

Ahora habrá que ver qué pena le pide la Fiscalía de la Audiencia Nacional y qué contará durante el juicio. Esta semana también se ha sabido que la misma fiscalía de este tribunal especial español ha pactado una condena de solo dos años y medio de prisión para Said, el tiktoker yihadista de Terrassa, que publicaba vídeos que llegaban a más de 400.000 seguidores y que buscaba armas por Google para cometer un atentado. Este martes, y tal como ha adelantado ElNacional.cat, la Guardia Civil ha realizado tres detenciones en Barcelona en el marco de una operación contra el aparato logístico de Hizbulá.