El papa Francisco, de 85 años, ha dejado la puerta abierta a su posible renuncia, aunque ha afirmado que todavía no ha pensado en esta posibilidad. El pontífice ha añadido que "no sería una catástrofe" que renunciara a su pontificado, como ya hizo su antecesor, a Benedicto XVI. Francisco ha hecho estas manifestaciones durante rueda de prensa en el vuelo de vuelta de su viaje al Canadá. El Papa ha hecho referencia en varias ocasiones a sus problemas de movilidad. Un problema en la rodilla le impide caminar y estar mucho tiempo de pie, cosa que lo obliga a ir en silla de ruedas. El pontífice ha admitido que no cree que pueda seguir con lo mismo ritmos de viajes que llevaba hasta ahora.
Problemas en la rodilla
"A mi edad y con esta limitación tengo que ahorrar bastantes un poco para poder servir a la Iglesia", ha manifestado el papa, "o al contrario, pensar en la posibilidad en retirarme a un lado", ha añadido. Hasta ahora Francisco siempre había rechazado una posible renuncia, pero este sábado ha apuntado que es una posibilidad. "La puerta está abierta, no hay ningún problema", ha manifestado. "Si el señor te indica que tienes que ir al rincón, te vas al rincón", ha añadido para después puntualizar que todavía no había recibido este llamamiento.
Silla de ruedas
En enero del 2022, el Papa explicó que sufría una inflamación del ligamento de su rodilla, así como un fuerte deterioro del cartílago y artrosis, que le provocaban mucho dolor. A pesar de haber reducido su actividad y haber sido infiltrado, su situación no ha mejorado y se ve obligado a desplazarse con silla de ruedas.
Sobre el dolor que sufre en la rodilla, el Papa ha detallado que aunque los médicos afirman que se podría operar, no lo hará porque tiene problemas con la anestesia. En julio del año 2021 fue intervenido quirúrgicamente del colon y todavía arrastra, ha indicado, algunos efectos de la anestesia.