Después de la renuncia del papa Benedicto XVI en febrero del 2013 por problemas de salud, Jorge Mario Bergoglio, se convirtió en el nuevo papa de la Iglesia católica el 13 de marzo del 2013, ahora hace 12 años. Con un simple “buenas noches” desde el balcón de la basílica de San Pedro, el papa Francisco saludaba a los millares de fieles que lo aclamaban desde la plaza. En el segundo día de cónclave y a la quinta votación conseguía los apoyos necesarios, pese a que cuando se anunció la retirada de Benedicto XVI, no era la opción preferida. Con 76 años, se convertía en el primer pontífice latinoamericano, argentino y jesuita, y el papa número 266 de la Iglesia católica.
Este jueves, el papa Francisco, de 88 años, celebra los 12 años como jefe máximo de la Iglesia, ingresado desde hace 1 mes en el hospital Gemelli de Roma por una bronquitis bilateral que ha derivado en una neumonía en los dos pulmones. Durante estas semanas, no se ha visto ninguna foto del Papa, sino solo la grabación de un audio donde se lo escuchaba muy fatigado. La situación médica del papa apunta a un escenario de posible final de su papado.

El papa, que en su primer discurso ya avanzó la idea de una “Iglesia pobre para los pobres”, ha centrado desde entonces todos sus esfuerzos en reformar la Santa Sede para hacerla más transparente y efectiva. Ahora, con sus problemas de salud, la incertidumbre se centra en saber si saldrá del hospital con las fuerzas necesarias para continuar su pontificado o si, en cualquiera de los casos, el próximo papa mantendrá una mentalidad reformadora o volverá al conservadurismo del pasado.
Lucha contra la pederastia
En estos 12 años de pontificado, Francisco ha encarnado una clara idea de renovación de la Iglesia. Ha impulsado temas sociales, ha reformado la curia y ha trabajado en una visión más abierta. Durante todos estos años, el Papa ha viajado a todos los continentes del mundo, ha acogido a inmigrantes, ha abrazado enfermos de sida y ha rechazado los símbolos del lujo papal. Una actitud que le ha permitido acercarse a millones de fieles, pero ha provocado la oposición de los círculos más conservadores dentro y fuera del Vaticano.
Una de las principales actuaciones del papa ha sido la reforma total de la gestión de las arcas del Vaticano, objeto en el pasado de enormes irregularidades, como se ha comprobado en diferentes juicios, incluido el que condenó al cardenal Angelo Becciu, antiguo Sustituto de la Secretaría de Estado. Con la creación de la Secretaría de Economía, que gestiona todo el patrimonio inmobiliario y también los fondos que antes estaban a la disposición de la Secretaría de Estado, el Papa ha dado transparencia y sobre todo control a las cuentas, que finalmente también son públicas. Además de aprobar medidas para el menor gasto de los cardenales y crear una comisión para buscar fondos ante la bajada de las donaciones.
Además, también ha luchado contra la pederastia en el seno de la Iglesia y ha escuchado a las víctimas, para lo que creó la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, a la que recientemente exigió un informe anual sobre cómo procede la batalla contra los abusos. En estos años también ha realizado decenas de intervenciones de carácter legislativo e incluso eliminado el secreto pontificio en estos casos y obligado a las diócesis de cada país a ocuparse de ello, algo que, no obstante, está fallando, porque no en todos en la Iglesia se han tomado en serio obligaciones como la de crear centros de atención a las víctimas. Mientras que en el Vaticano sigue faltando rapidez y transparencia para informar sobre los casos de abusos y las sentencias de los sacerdotes implicados.
Renovación de la Iglesia católica
El papa Francisco ha trabajado estos años por una renovación de la Iglesia católica. Durante casi 9 años, el papa y una Comisión formada por nueve cardenales trabajaron para la promulgación de la nueva Constitución “Praedicate Evangelium” (Predicad el Evangelio) que reforma la administración vaticana y sus diferentes dicasterios (ministerios). El legado de Francisco estará marcado por la elección del 80% de los cardenales que escogerán al nuevo pontífice, al cambiar totalmente la distribución geográfica del colegio cardenalicio con muchos más representantes de países lejanos, de Asia y África, que no encontraban espacio en la Capilla Sixtina, y una menor representación de Europa y de Italia. Aunque no implica que sean afines al pontificado de Bergoglio.
Todos los cambios que ha impulsado, como por ejemplo dar la bendición a las parejas gais, han provocado que en estos doce años se hayan desvinculado resistencias contra Francisco y que el área más ultraconservadora de la Iglesia católica mostrara sin ninguna objeción su oposición a cualquier decisión del pontífice. Esta ala podría tomar la palabra durante el cónclave para frenar las reformas y volver atrás en algunas cuestiones, escogiendo a un papa menos activo o un pontífice de transición.
Delicado estado de salud del Papa
El papa Francisco lleva ingresado en la décima planta del Policlínico Gemelli de Roma desde el 14 de febrero por una bronquitis que todavía ha puesto más en cuestión su estado de salud. A pesar de haber vivido algunas complicaciones en la salud, los últimos informes apuntan a una ligera mejora y a que la terapia antibiótica ha conseguido controlar la infección de virus, hongos y bacterias. El Vaticano emite dos partes médicos cada día sobre el estado del papa, a pesar de que, el pronóstico sigue reservado. Habrá que esperar si, después de 1 mes ingresado, la infección ha provocado algún daño en el organismo del papa y si podrá volver a ejercer todas sus funciones.